viernes, 30 de noviembre de 2012

Es la “pasta” tío, es la “pasta”.


Esta semana han sido noticia los enfrentamientos de cargos del PSOE en Ayuntamientos y Diputación de la provincia de Cádiz. Más de lo mismo. En San Roque, el concejal socialista Juan José Puerta declaró la guerra a su Grupo en el Pleno municipal del miércoles al votar en contra de los presupuestos del 2013 junto a los grupos de la oposición (PP-USR). Una postura que provocó que fueran rechazados los presupuestos al obtener solo 10 votos positivos de 21 asistentes. El cambio del voto del concejal Puerta, según desveló el alcalde Ruiz Boix, se debió a que quería cobrar más como concejal. En la Diputación fue al revés, de momento se acabó la guerra y llegó la paz entre los diputados socialistas. En el Pleno de la diputación del pasado miércoles, los sectores griñanistas y críticos firmaron un armisticio. La apertura de expedientes disciplinarios, bajo amenaza de expulsión, terminó por convencer a cinco de los seis diputados críticos. Claudicaron al rubricar un documento en el que aceptaban a la alcaldesa de Sanlúcar como nueva portavoz, sustituyendo a José María Román, que se mantiene en pie de guerra. Pues, no firma la tregua porque dice que lo han echado. En esta debacle cae el diputado algecireño, Diego Sánchez Rull, como portavoz adjunto, perdiendo su remuneración mensual de 1.600 euros. Aquí señores, no nos equivoquemos, estamos hablando de “pasta”, de dinero y no de ideas. José María Román deja de cobrar con el cambio su asignación de 3.300 euros como portavoz, que pasan a la alcaldesa de Sanlúcar y secretaria provincial, Irene García. Reflexionando sobre esta triste información recordaba que el mes pasado se publicó la encuesta del CIS en la que la clase política volvía a aparecer como el tercer problema que más preocupa a los españoles. La clase política, dicen los encuestados, lejos de constituir una solución para estos tiempos de incertidumbre y crisis, ha pasado a ser parte principal de ella. En los datos del CIS, un 80% de los ciudadanos -sin diferencias significativas entre los votantes de los distintos partidos- consideran que, en conjunto, la clase política ni sabe estar a la altura de las circunstancias actuales ni da la talla. La clave de este desafecto ciudadano está en el alejamiento de estos del sentir de la sociedad. Una abrumadora mayoría de ciudadanos (88%) creen que los partidos y los políticos tienden, cada vez más, a pensar solo en sus intereses. En definitiva, a los múltiples efectos directos de la crisis económica en nuestra sociedad hay que añadir algo alarmante, la constatación ciudadana de carecer, cuando más falta hace, de liderazgos políticos confiables, eficientes, que den cauce a lo que piensa, les preocupa  y necesita la gente. Y así nos va…

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

jueves, 29 de noviembre de 2012

Asalto al Registro Civil.


El próximo viernes día 30 se aprobará en el Consejo de Ministros el borrador del proyecto para la Reforma Integral de los Registros. Este proyecto me parece un posible caso de corrupción política de este Gobierno, porque pretenden entregar el Registro Civil a los Registradores y hacer de él un negocio de cifras multimillonarias. A partir de su aprobación, el registrador cobraría y se enriquecería por cada ciudadano que naciera, creciera, tuviera hijos, otorgara poderes, hiciera testamento, se casara o divorciara y, al fin, se muriera. Con este proyecto se refuerza el estatus millonario de los integrantes del Cuerpo de Registradores que convierten en rehenes de su posible codicia a todos los ciudadanos. No creo que tenga nada que ver con este proyecto, que nuestro presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, tenga plaza de registrador en Santa Pola, provincia de Alicante, desde 1981. Ahora está en excedencia y su plaza en régimen de interinidad permanente, por lo que no puede salir a concurso. Privilegios de la política. Rajoy ha sido uno de los principales cabecillas del lobby de los registradores de la propiedad en España, una casta minoritaria (un millar de personas) y poderosa que vive aún de los privilegios feudales en los que el Derecho no ha podido penetrar. En los registros de la propiedad, sus titulares se forran con la expedición de certificaciones, las ejecuciones de hipotecas, las novaciones de préstamos, y los embargos de todo tipo (judiciales de particulares o de la agencia tributaria). ¿Cómo un funcionario público puede expedir facturas con IVA por un servicio público? No lo entiendo. Y cómo Rajoy puede estar en política, nada menos que como presidente del Gobierno, sin renunciar a percibir el beneficio económico de su Registro de Santa Pola, -compartido con un amigo y compañero de promoción Francisco Riquelme- que le ha procurado unos 20 millones de euros, según denuncia de la Asociación de Usuarios de Registro. No cabe la menor duda, Rajoy y sus compañeros Registradores son previsores y miran al futuro. Han pensando que con la caída de ingresos por la caída del ladrillo había que buscar nuevas fuentes de recursos y lo han encontrado en las certificaciones del Registro Civil. Así que, en unos meses, pasaremos limpiamente de las nuevas tasas judiciales a los nuevos aranceles registrales para tareas que hasta ahora realizaban otros funcionarios sin privilegios y que solo percibían por ello su sueldo de funcionario. Y ahora, qué hacemos con los funcionarios del Registro Civil. ¿Los reubicamos o los despedimos? ¿Esta es la política de ahorro que practica el Gobierno de Rajoy? Dios mío qué será lo siguiente que nos van a proponer…

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

viernes, 16 de noviembre de 2012

Resistir


Transcurrido dos meses desde la decisión de Hacienda de gravar las entradas de los espectáculos culturales con el 21% de IVA, ya se están notando sus efectos. Hay menos conciertos, menos películas, menos teatro, en una actividad cultural y hasta industrial que, antes de la crisis, ocupaba a 600.000 persona y generaba valor económico equivalente al 4% del PIB. Los creadores y gestores culturales creen que el Gobierno de Rajoy está exigiendo más sacrificios y más recortes al sector cultural que a cualquier otro. Estos recortes están contribuyendo a la pérdida de liderazgo y prestigio de España -conocida en el mundo por su cultura-, en un momento en el que la lengua española está que se sale. Y no podemos olvidar la definición que de la cultura hace la Real Academia Española: “El conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar un juicio crítico”. Así que este Gobierno con sus impuestos está recortando una buena parte de las manifestaciones culturales que permitían a la ciudadanía  desarrollar un sentido crítico y pensar por sí mismo. Si el Gobierno no rectifica, el escenario de futuro para la cultura es escalofriante. Según las previsiones de la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural Española, que aglutina a 4.000 empresarios, se perderán 43 millones de espectadores, habrá una reducción de 530 millones de ingresos en taquilla, se destruirán 4.500 empleos directos y se extinguiran una de cada cinco empresas dedicadas a la música, el cine o el teatro. En estas situaciones de crisis, ajustes y recortes, habría que recordarles a los gobernantes españoles lo que hacía Pericles, el mayor defensor de la democracia ateniense y del teatro griego, que además de promover la puesta en escena de las grandes tragedias, constituyó un fondo público que se hacía cargo del pago de las entradas de los ciudadanos que no podían costeárselas. El teatro, según el dramaturgo Juan Mayorga, es el arte de la crítica y de la utopía. Por eso, es natural que sea temido por los enemigos de la democracia. También dice que ha de ser entretenido, aunque su misión última es examinar las posibilidades de la vida humana, es decir, examinar esta vida e imaginar otras formas de vivir. Y además, examinar el lenguaje que usamos e imaginar otros posibles, sobre todo el lenguaje público, que se ha llenado de perversos eufemismos que afectan a la calidad de nuestra democracia. Así que con la libertad y la democracia seriamente amenazadas por un discurso, según el cual no se puede hacer otra cosa que someter la vida a los mercados. Hay  que reclamar cada día más cultura y ejercerla para poder resistir y ayudar a otros a resistir. No hay otra opción, si queremos ser ciudadanos críticos en esta sociedad tan injusta que nos ha tocado vivir. Porque si es grave la subida del IVA, más grave es todavía la negativa del Gobierno a responsabilizarse de la pobreza, la ignorancia y la violencia que están generando sus equivocadas medidas y decisiones.


Ángel Luis Jiménez Rodriguez

lunes, 12 de noviembre de 2012

XXIII Feminario en Córdoba. (II)



Durante el segundo día del XXIII fueron citados y recomendados varios libros. “El crisantemo y la espada”, de Ruth Benedict, antropóloga estadounidense. En 1943 la Oficina de Información de Guerra de EEUU,  le encargó el análisis como antropóloga de la cultura japonesa para tomar en cuenta los diferentes hábitos y costumbres a la hora de hacer normas. Ya había señalado y advertido en su tesis doctoral que cada cultura valora y privilegia conductas y tipo de personalidades que tiendan a conformar los patrones sociales existentes. “El poder del amor”, de de Joann Davis. Una fabula con un inmenso poder de transformación, donde se pasa de la ley de de la sustitución a la ley del amor. “La cadena rota”, novela histórica sobre la revolución francesa, de Toni Martínez de Leza, donde destacan los personajes femeninos de una gran fuerza, personajes magníficos y bien dibujados.

Empezamos la jornada hablando sobre los avances y retrocesos en el hacer político de las mujeres. La derecha conservadora, decían las ponentes, está aprovechando la crisis para retroceder ideológicamente, y eso tiene mucho que ver con los derechos y libertades de la mujer. Ahora, la derecha tiene impunidad para hacer reformas, que antes no se hubiera atrevido a realizar. Están practicando la teoría del shock -meten miedo para que no haya capacidad de respuesta-, y eso les está permitiendo recortar derechos laborales o la igualdad, pero no somos conscientes. Estamos viviendo un retroceso de treinta años, una vuelta de la mujer a la casa -voluntaria o forzadamente- para atender la familia o a los dependientes, cumpliendo con su eterno rol reproductivo. La familia tradicional ha sido para la mujer el lugar donde se le ha maltratado, humillado y despreciado. Incluso puede plantearse como en la Transición –transmisión para algunas- que las diputadas embarazadas corran turno y dejen su escaño para volver a casa. En nuestra sociedad se está mandando callar a la mujer en público y en privado, señal inequívoca del retroceso en igualdad. El poder se le ha ido de la mano a la izquierda cuando ha pasado de la lírica a la prosa, y se ha perdido en debates estériles. Y el PSOE, principal partido de la oposición, parece también muy perdido, la bandera de la igualdad se le ha caído, y su dirección se aleja cada día más de sus bases y de la realidad de la calle. Hace falta un rearme ideológico, pero siempre desde la igualdad y la libertad para poder avanzar y recuperar espacios y derechos perdidos, y luchar por los que están a punto de perderse. Y ese rearme ideológico o lucha política debería empezar desde el paritorio. Así que los pasos atrás solo están permitidos para coger impulso.

Después, se planteo la necesidad de un feminismo radical, porque es el que va a la raíz de los problemas, de los fundamentos del Estado moderno, y de la lucha por un mundo mejor, que tiene que ser siempre igualitario. Un feminismo utópico, porque sin utopía no hay emancipación. Un feminismo que reivindicara una Constitución donde aparecieran los derechos de madres, hermanas e hijas iguales a los del hombre. Un reconocimiento a la reciprocidad entre hombre y mujer. Un reconocimiento mutuo de autoridad y poder. La aplicación de las leyes es diferente para pobres y ricos, para hombres y mujeres. En las instituciones, la derecha, ahora o nunca, hace retroceder los derechos de las mujeres y quiere replantear las estructuras sociales con la ayuda de la Iglesia, cuyas tradiciones han sido y siguen siendo las enemigas de las mujeres. Ya en su día (1992), Juan Pablo II manifestó que la ideología de género era la cultura de la muerte. A la Iglesia hay que decirle que las convicciones son tan importantes como las creencias y tanto unas como otras deben ser respetadas. Unas hablan de la vida y  otras de la vida después de la muerte. El feminismo seguirá defendiendo la ideología de género, por más que diga la Iglesia que es la cultura de la muerte. La Iglesia pretende acabar con los derechos de las mujeres. Mientras que el feminismo, como cultura de la vida, lucha por las libertades cívicas y los derechos de la mujer. El feminismo debe tener muy claro que las ideas no se sostienen, sino se defienden. Y para ello, hay que volver con iniciativa y con valor a las barricadas.

domingo, 11 de noviembre de 2012

XXIII Feminario en Córdoba. (I)




Estas son notas sobre las jornadas del XXIII Feminario sobre ¿Qué es la violencia estructural contra las mujeres?  en el Rectorado de la Universidad de Córdoba. Se hablo y se debatió sobre la significación de las mujeres y la estructuración de la violencia en la sociedad; los avances y retrocesos en el hacer político de las mujeres; de la teoría a la praxis en la violencia contra las mujeres; y la educación, la filosofía y la religión en el mundo de la mujer.

Primero se habló de la prostitución y del proceso de deshumanización de la mujer para poderla prostituir. Al ser el patriarcado el no pensamiento, el tema de la prostitución no les preocupe, si no es para regularla, reglarla o controlarla. Una mujer prostituida pierde su autonomía sexual y con ella su libertad, por eso la prostitución se ha convertido en una institución central del patriarcado. Las mujeres deben atreverse a decir lo que los hombres le hacen a las mujeres prostituidas o esclavizadas buscando su placer, porque así se denuncia al patriarcado. Los hombres utilizan a las mujeres como objetos de consumo sin importarles si están en la prostitución por coacción, drogas o hambre. Las circunstancias no importan si el macho ejerce su explotación por dinero. Otro aspecto de esta relación de poder es el uso de las palabras que definen a la prostitución “Intercambio de servicios sexuales por dinero”. Cuando la definición más correcta sería “La prostitución es una institución central del patriarcado para satisfacer la sexualidad de los hombres”. Por eso la tienen perfectamente reglada los Estados más democráticos. Hay que ser abolicionista en esta lacra social. Porque el consentimiento sexual nunca puede ser libre ni igual, en una sociedad desigual.

Se habló también de las trampas de los gobiernos para falsear las respuestas a las exigencias de igualdad de las mujeres. No hay mujeres en política por un pacto, sino por una designación. Todos los días se están malversando conceptos sobre los derechos de la mujeres, e inclusive exonerando los atropellos que se le ocasionan, aunque haya leyes que los protejan. Por eso hay que reclamar políticas públicas que generen derechos, pero no solo en la teoría, sino en la praxis, porque cada día más se está retrocediendo en la igualdad. Las mujeres tienen déficit de autoridad porque los hombres no se la reconocen. Las mujeres en política no deben sugerir, solicitar o pedir, sino exigir. Las mujeres deben luchar ya por un poder constituyente. No deben conformarse con ir en las listas, sino hacer las listas. Tienen que educar a los hombres en la reciprocidad. Porque si tienen autoridad nadie las podrá mandar callar, ni en el ámbito público ni privado. El error de los movimientos feministas ha sido querer feminizar la política, cuando lo que hace falta es feminizar el poder.

El tema final del día fue sobre lo que significa la violencia estructural. Violencia que hay que desestructurar para dejarla solo en lo que es: violencia. La violencia extrema la hacen siempre posible otras violencias subliminales o estructurales, que empiezan por recortar derechos como los de igualdad, sanidad o dependencia. La violencia estructural que no es tan visible como la machista, tiene mucho que ver con la vergüenza y el pudor en la mujer. Una mujer violentada siempre queda marcada por la vergüenza. Si las mujeres aguantan una violencia continua es por vergüenza, cuando lo que deberían sentir es agravio, odio y deseos de venganza. Por eso hay que desenmascarar y superar la vergüenza y el pudor y aprender de cuanta vergüenza y pudor pueden prescindir las mujeres. Así que una pedagogía de la feminidad pasa por deshumillar a las que han sido humilladas, violentadas o prostituidas. Mañana más.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

El poder y la importancia de la lengua española.

Hace unos días, Bárbara Probst Salomón escribía en el diario El País sobre el poder y la importancia de la lengua española. Probst Salomón, nacida en New York en 1928, es una escritora, ensayista y periodista estadounidense muy vinculada a España. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, estando viviendo en Paris, colaboró con Paco Benet (hermano del novelista Juan Benet) en el rescate de unos estudiantes españoles antifranquistas del campo de trabajo cercano a Madrid para la construcción del Valle de los Caídos. Posteriormente, ayudó a publicar y pasar de contrabando a España la revista disidente “Península”. El domingo 21 de octubre informaba, como corresponsal en Estados Unidos de El País, que dos grandes constructoras españolas -Dragados y Judlau, su socio en esta operación conjunta- habían obtenido un jugoso contrato en New York para reformar el sistema de transportes de la ciudad. Este contrato pretende terminar una tarea proyectada desde hace casi un siglo. El 1 de agosto de 1918, se aprobó la modernización de la vía rápida de la ciudad en la estación diagonal del cruce de la calle 42 y Park Avenue, el mismo sitio en el que se llevará a cabo la reconstrucción contratada. Posiblemente también se ampliarán algunas lineas de metro, después del paso del huracán Sandy por la ciudad y los destrozos ocasionados. Obama dijo, cuando visito la ciudad después del huracán, que el metro de New York era la primera prioridad.  Probst Salomón no vive en España, aunque sí con la imaginación. Y se atreve a darnos unos consejos espontáneos para que no dejemos que la crisis actual nos humille ni nos obligue a entonar un continuo mea culpa. Nos dice que el bienestar de los países no se traduce automáticamente en una lista de sus mejores valores. Que debemos pensar en lo que tenemos de bueno, como la lengua española -que no se menciona mucho en Europa cuando se discute sobre el euro-, un activo fantástico en Estados Unidos y en el resto del mundo. Afirma -antes de las elecciones presidenciales de ayer- que es imposible ganar unas elecciones en Estados Unidos sin la lengua española y que ya se habla de Julián Castro, alcalde de San Antonio, Tejas, -primer hispano que ha pronunciado el discurso central en la última convención demócrata- como el posible futuro presidente, cuando Obama abandone dentro de cuatro años la Casa Blanca. El poder de la lengua hablada es que se multiplica cada día más en el mundo. Así escriben los que de verdad quieren y les duele España.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

viernes, 2 de noviembre de 2012

¿La Transición fue un cambalache?

En estos últimos años se ha extendido mucho entre la gente de izquierda la idea de que la Transición fue un cambalache que silenció tácitamente el recuerdo. Estoy dispuesto a aceptar que hubo un cierto cambalache. Pero, la verdad sobre la Guerra Civil, y sobre otras muchas cosas, la hacemos entre todos -como decía Machado-, es algo pactado. Los demócratas, no los franquistas, acordaron en 1975 aparcar el pasado porque se jugaban mucho para el futuro. Treinta años después, cuando ese futuro parece razonablemente consolidado, se vuelve a la memoria, justamente porque ya no es tan traumático, -antes medio país estaba en contra de las exhumaciones de las fosas, pero ahora nadie se opone, todo el mundo lo ve natural- y porque hay todavía muchas zonas oscuras de ese pasado que conviene saber. La memoria es fundamental para conocer la verdad, y sin verdad no es posible la justicia, y sin justicia no es posible la reparación: esto es incuestionable. También sin el olvido no es posible la paz. El pasado es una construcción y la memoria una proyección de aquello que deseamos,  por eso debemos recurrir a la racionalidad y a la Ilustración para poder avanzar, sino queremos parecer trogloditas. De todo esto se habla en la novela de Andrés Trapiello, “Ayer no más”, editada por Destino, en la que propone una honda reflexión sobre la memoria y el olvido. Un equilibrio complejo, siempre inestable, en ocasiones desconcertante y a ratos aparentemente imposible, pero muy necesario para poder vivir en paz. Pepe Pestaña (el historiador que protagoniza la novela de Trapiello), dice algo rotundo: “No te creas lo primero que te cuentan, pero no quieras ser el último en contarlo”. Y es que ni siquiera podemos creer lo que nos contaron en casa, ya que muchas veces nuestros padres mintieron o callaron por miedo. Ahora, 70 años después entre todos debemos construir la verdad, porque nadie quiere ser ya el último en contar la verdad y, sobre todo, en tener la razón.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez