miércoles, 30 de abril de 2014

La reivindicación del 1º de Mayo: La renta básica.

El 15 de enero se presentó en el Congreso de los Diputados una Iniciativa Legislativa Popular por una Renta Básica, que fue aprobada para trámite el 14 de marzo, aunque no se sabe cuando se debatirá.

Esta petición de una renta básica no es caprichosa, pues tiene detrás una situación caótica y desastrosa avalada por los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística del año 2013. Solo tres datos escalofriantes: Uno, el número de parados no baja de los seis millones; Dos, los parados de larga duración son tres millones, de los cuales dos millones llevan más de dos años seguidos sin poder trabajar; Tres, los hogares con todos sus miembros activos en paro y que no reciben ningún ingreso son casi dos millones. Cuando uno se pregunta cómo el Gobierno del PP esta capeando esta situación sin despeinarse, llega a una conclusión muy simple, hay engaño sistemático y manipulación de datos y, por supuesto, una población adormecida y entregada, que lo acepta todo sin rechistar.

Otra razón para pedir la renta básica es que el sistema no es capaz de generar ya los empleos que se necesitan ni en este país ni en ningún otro, pues desde el comienzo de la crisis en 2008 se están perdiendo empleos en todos los sectores, aunque haya aumentado la producción. Se produce mucho más, pero cada día con menos trabajadores. La relación entre el sistema de producción y el empleo está a punto de cambiar drásticamente debido a la revolución producida en energía (sobre todo en gas), robótica, nuevos materiales y el uso de la tecnología de la información aplicada a la industria. Estamos entrando en la segunda revolución industrial gracias a la automatización y la robotización de las fábricas. Naturalmente esto tiene graves repercusiones para la creación de empleo, porque cada día se crearan menos empleos buenos de forma masiva y solo habrá mucho empleo pero de baja calidad en servicios.

El panorama inmediato es de pobreza, paro, precariedad y marginación, lo que limita la libertad real de millones de personas que son expulsadas hacia la exclusión social según demuestran  los datos conocidos de la EPA. Mientas todo esto ocurre el Estado no hace nada, sino reflotar y ayudar a la banca, inyectándole cantidades astronómicas de dinero público, sin importarle que el número de personas que no disponen de ningún tipo de prestaciones sociales se acreciente  a medida que se desarrolla el periodo de crisis. Y en nuestra realidad cotidiana vuelva a asomar el fantasma de la pobreza infantil, así como los comedores sociales y unos bancos de alimentos totalmente desbordados por las necesidades de la gente.

En esta situación las ayudas no contributivas y las correspondientes a rentas mínimas establecidas por las instituciones públicas, muy dispares entre los distintos territorios que conforman el Estado español, muestran descarnadamente su radical inadecuación a la realidad, se revelan insuficientes para la condición de habitabilidad digna de las personas y se terminan convirtiendo en una miserable carrera de obstáculos debido a su excesiva burocratización y a su condicionamiento a situaciones de emergencia límite que no cubren la situación de emergencia social generalizada.

Sin embargo, a los que mandan se les llena la boca de palabras como “pleno empleo”, “estado del bienestar” o “protección social”. Y las leyes fundamentales, la Constitución Española y los Estatutos de Autonomía, establecen con solemnidad unos derechos sociales elementales, que no tienen eficacia directa por su supeditación a la supremacía económica. Pero ha llegado la hora de exigir que se cumplan las leyes y que sus hechos se compadezcan de sus bonitos discursos, especialmente ahora con las elecciones europeas. Porque no hay dinero suficiente para saciar la codicia de los delincuentes de cuello blanco, aunque si debe haber por ser obligación del Estado recursos suficientes para garantizar una vida austera pero digna de todas las personas.

Sobre la Iniciativa Legislativa Popular de la Renta Básica hay un único artículo a debatir en el Congreso de los Diputados, más una disposición transitoria y dos adicionales:
“Artículo 1. Derecho a la Renta Básica. Se establece el derecho de todo persona, por el hecho de haber nacido, a recibir una cantidad periódica que cubra sus necesidades básicas. La Renta Básica se constituye como derecho individual, universal e incondicional.
Disposición transitoria. La cuantía de la Renta Básica será la equivalente al Umbral de la pobreza fijado en “el 60% de la mediana de la distribución de los ingresos por unidad de consumo adjudicados a las personas”, será de 645,33 euros mensuales correspondiendo al último dato expuesto por EUROSTAT (año 2011), tendiendo a equipararse en los años sucesivos al equivalente del mismo concepto.
Disposición Adicional Primera. Aplicación gradual. Se establecen dos fases de implementación de la Renta Básica. Una primera fase que entrará en vigor de forma inmediata tras la aprobación de la presente Ley. Afectará a todas las personas domiciliadas en el Estado Español e inscritas en el Servicio Público de Empleo correspondiente a cada territorio, que no tengan cobertura por desempleo ni dispongan de otros ingresos. De la misma manera afectará a aquellas personas cuyas rentas, ya provengan de salarios, subsidios o pensiones públicas, sean inferiores a la cuantía de Renta Básica prevista en este texto, complementando los mismos hasta alcanzar la cuantía establecida para la Renta Básica. En la segunda fase, se regulará la extensión de la Renta Básica como derecho universal, integrando pues al resto de personas.
Disposición Adicional Segunda. Los poderes públicos promoverán la implantación de la Renta Básica en el ámbito del Estado Español y de la Unión Europea”.

La propuesta se establece en el umbral de la pobreza, por lo que la mayoría de la ciudadanía optará por seguir desempeñando un trabajo dignamente remunerado. Con la renta básica no se dejará de trabajar, pero permitirá que no aceptemos trabajos en condiciones inadmisibles o injustas. La renta básica simplemente garantizará el derecho a decidir, es decir, la independencia personal, requisito indispensable de la dignidad y la ciudadanía.

Además, esta renta básica posibilitará la remuneración de una parte sustancial de trabajos que hoy hacemos y que son imprescindibles para la reproducción de la fuerza de trabajo y la productividad en las empresas. Me refiero a los cuidados en el entorno familiar, la atención a las personas dependientes, los trabajos voluntarios de solidaridad e impulso político y cultural, las artes, el trabajo en red, etc. Trabajos condenados a la invisibilidad y la marginación por su carácter no remunerado. Sin embargo, la renta básica no impedirá poder mejorar las remuneraciones de estos trabajos, sólo garantizará que, por ejemplo en el caso de los cuidados, las mujeres sean libres y no dependen económicamente de nadie. Por tanto, esta renta básica sólo establecerá un mínimo indispensable para generalizar la dignidad y propiciará un cambio social y cultural.

María José y Ángel Luis Jiménez


miércoles, 23 de abril de 2014

¿Para qué sirven las finanzas?

A los financieros les gusta argumentar que las finanzas prestan un gran servicio a la economía al destinar el capital a usos más productivos, pero resulta difícil sostener esa argumentación tras una década en los que sus mayores logros han sido las hipotecas basuras, la burbuja inmobiliaria o las preferentes.

El nobel Paul Krugman dice que hay una correlación clara entre el auge de las finanzas modernas y el regreso a unos niveles de desigualdad propios de finales del siglo XIX, ya que estamos entregando cantidades ingentes de recursos a financiar tejemanejes de los que la sociedad en su conjunto no obtiene ningún beneficio pero si muchos perjuicios.

Los economistas al servicio del Gobierno dicen que esto no es cierto, que la mano invisible del mercado garantiza que los beneficios privados y sociales coincidan. Sin embargo, hace mucho tiempo que los ministros económicos, Montoro y de Guindos -los otros no tiene ni idea-, saben que cuando se trata de especulación, esa proposición económica no es cierta, pero eso no les importa, ni tampoco hacen nada.

El problema empieza cuando el sector financiero crece mucho más deprisa que la economía en general y el porcentaje del PIB que corresponde a los banqueros, corredores de Bolsa y especuladores se duplica. Algo que ocurre desde los años 80, cuando Reagan y Thatcher  empezaron a desmantelar el sistema de regulación financiera creado como respuesta a la Gran Depresión.

A los defensores de las finanzas modernas les gusta argumentar que estas prestan un gran servicio a la economía porque destinan el capital a usos más productivos. Aunque resulta difícil sostener esta argumentación tras una década en la que los mayores logros de las finanzas modernas han consistido en dirigir cientos de miles de millones de dólares o euros hacia las hipotecas basuras o la burbuja inmobiliaria, responsables en gran parte de esta crisis.

Pero si nuestro descomunal sector financiero, ahora más reducido, no está haciéndose más seguro ni más productivo, qué está haciendo. Según el nobel Krugman hay dos respuestas. Una, que le está tomando el pelo a los pequeños inversores. Otra, que está dedicando su dinero a actividades especulativas que posiblemente pueden ser rentables para algunos individuos, pero totalmente improductivas para la sociedad.

Aunque hay más. Ayer el gran patrón de la banca española, Miguel Martin, confirmaba en su Asamblea Anual lo explicado hasta ahora cuando dijo que “a día de hoy, con el negocio bancario no se gana dinero”. Entonces, de dónde vienen los 7.274 millones de euros de beneficios obtenidos por los grupos bancarios que operaron en nuestro país durante el año 2013. Me parece que el presidente de la Asociación Española de la Banca también nos está tomando el pelo.

La conclusión no puede ser otra, da igual que hablemos del daño que causan las operaciones de las llamadas finanzas modernas o de alto riesgo, ya sean hipotecas basura o participaciones preferentes, porque es el sector financiero en general, y no solo esa parte, el que está minando día a día nuestra economía y nuestra sociedad. Así de claro, y así lo reconocen también todos los que saben del tema.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

domingo, 20 de abril de 2014

El mundo al revés.

El lunes 21 de abril el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) celebrará juicio contra el Juez Elpidio José Silva Pacheco por haber querido empapelar al banquero Miguel Blesa de Caja Madrid.

El que fuera Juez del caso Blesa, está ahora suspendido por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hasta que haya una sentencia firme. En caso de que el TSJM absuelva a Silva, el CGPJ lo readmitirá. Si fuera condenado, su expulsión de la carrera judicial se haría efectiva tras resolver el Tribunal Supremo un eventual recurso a la sentencia del Tribunal Superior de Madrid.

Silva se enfrenta a la expulsión porque la Fiscalía de Madrid presentó una querella contra él. Considera la Fiscalía que el instructor del caso Blesa ha prevaricado durante su investigación, es decir, ha adoptado decisiones injustas a sabiendas, entre ellas, enviar a la cárcel en dos ocasiones al exbanquero y expresidente de Caja Madrid. Paradójicamente, el banquero responsable de la estafa de las preferentes está en la calle, mientras que Silva podría ser condenado a más de 20 años de prisión.

Sin embargo, la causa contra el Juez Silva tiene más que ver con la publicación de un libro que con la querella de la Fiscalía. Este libro es: “La justicia desahuciada. España no es país para jueces”, en el que Silva realiza un análisis demoledor de la situación de la Administración de Justicia española, cuestiona su independencia e imparcialidad, y hace especial referencia a los casos “Blesa” y “Banco de Miami”; cuya instrucción guarda estrecha relación con los motivos por los que fue suspendido por el CGPJ.

Silva lidera ahora el Movimiento de Renovación Democrática Ciudadana (RED), partido surgido del 15M, que luchará contra lo que está sucediendo en España: los corruptos están en la calle y a los que luchan contra la corrupción se les quiere empapelar. “Pero, la gente está despertando, porque está ya harta de ver lo que pasa con la corrupción y el trato que se les da en los juzgados”, dice Silva.

El Movimiento RED seguirá después de las elecciones europeas como partido político y participará en las posteriores elecciones locales y generales. Aunque Silva también ha creado “La Red contra la corrupción”, una asociación sin ánimo de lucro que va a pelear con dureza y querellas contra toda corrupción. Esta Asociación pretende que las grandes causas ciudadanas como las preferentes, el banco de Miami o el caso Blesa…, abandonadas hasta ahora, se vuelvan a tratar en los tribunales.

No sé si el Juez Silva conseguirá algo de lo que plantea, pero me gustaría que fuera así. Y además tiene precedentes, ya ocurrió en 1995 en el Reino Unido con otro Juez llamado Nolan. Este juez presidió una comisión que elaboró un informe sobre cuáles deberían ser las pautas de conducta ética exigibles a toda las personas nombradas para un cargo público. Gracias a su informe se creó la figura de un comisionado independiente para cumplir el Código de Conducta de los miembros del Parlamento británico.

El primer comisionado inglés contra la corrupción se nombró en 1995, y desde entonces el cargo se ocupa por cinco años, improrrogables, sin poder ser cesado, salvo circunstancias muy especiales. Las tareas del comisionado son vigilar el Registro de Intereses Financieros de la Cámara, en el que los parlamentarios dan cuenta de su situación económica y financiera; asesorar, confidencialmente, a aquellos diputados que tengan dudas sobre el Código de Conducta; preparar charlas sobre el tema para los nuevos parlamentarios; proponer las modificaciones del código que considere necesarias, y recibir, e investigar, las quejas que presenten los diputados, sometiendo el resultado de su investigación al comité.

En enero de 2007, a la muerte del juez Nolan, la prensa inglesa escribió “el Juez Nolan marcó profundamente la vida de este país, limpiando la vida pública de políticos corruptos”. Nolan dejó escrito que el Congreso o la Cámara de los Comunes son el corazón de una democracia, “por lo que la conducta que mantengan los diputados es crucial para el bienestar político de la nación”. Su informe, y sus consecuencias, fueron cruciales para atajar el desprestigio que empezaba a sufrir la vida pública británica, como está ocurriendo ahora con la española.

Desde entonces, y en aplicación de los principios Nolan, decenas de cargos públicos han sido reprendidos, sancionados y cesados. Y los sondeos indican que los británicos han recuperado, al menos en parte, su confianza en las instituciones. Como sugirió el propio Nolan, para combatir la corrupción bastan unas pocas normas o principios (siete formulo él), aunque es imprescindible la voluntad política. En Inglaterra fue posible, ¿será posible en España?

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

miércoles, 16 de abril de 2014

La Ministra no se entera.

La incompetente y provocadora Ministra de Empleo, Fátima Báñez, no se entera de lo que ocurre con el desempleo, ni en España ni en Europa.

Este martes Fátima Báñez, sin encomendarse a sus vírgenes, ha dicho que la recuperación “va sobre ruedas” y que España “lidera la bajada del desempleo en Europa”. Por lo visto, además de incompetente, no sabe leer porque también este martes se han publicado las estadísticas comunitarias sobre el empleo.

El Instituto Estadístico Europeo, a través de Eurostat, dice que cinco regiones españolas sufren las mayores tasas de paro de toda Europa. Eurostat sitúa a Andalucía, Ceuta, Melilla, Canarias y Extremadura al frente de la UE con un desempleo que supera el 33 por ciento. Y además Castilla-La Mancha y Murcia se incluyen entre las siete regiones españolas de las diez europeas con peores tasas de paro. Este es un hito negativo sin precedentes en la serie histórica que arranca en el año 2000.

Por supuesto, y según Eurostat, en el extremo opuesto de la lista están seis regiones alemanas, dos austriacas y una checa, que se erigen como las más atractivas a la hora de encontrar trabajo. En materia de desempleo juvenil, las regiones españolas también ocupan un lugar destacado de la lista negra de la UE.

Pese al persistente deterioro del mercado laboral español, que ha llevado a muchas comunidades autónomas españolas a quedar rezagadas respecto a sus pares europeas, esta es la primera ocasión en la que la tabla arroja resultados tan negativos. Estos datos confirman lo ya sabido, que los países del sur de Europa soportan la mayor carga del desempleo regional europeo.

La estadística de Eurostat se cierra con una tasa de paro en España del 26,03 por ciento, solo superada por Grecia con el 27, 5 por ciento. Pero hay otro dato que no ayuda a reducir el empleo, y es la tasa de inflación cercana a cero. Esta tasa se ha comido parte del esfuerzo que ha hecho España por ganar en competitividad y posible empleo.

Según otro Informe publicado en estos días por el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre Perspectivas de la Economía Mundial, España corre un “riesgo alto” de caer en una baja generalizada y sostenida de los precios, y estos precios cerca de cero son muy dañinos para el empleo.

Dice este Informe que una inflación ligeramente más alta en España y en Europa sería buena para la mayoría de la gente porque generaría empleo. Aunque hay un problema para los inversores que acumulan activos en vez de ponerlos a trabajar, y es que estos activos se desgastarían en el mismo porcentaje que la inflación. Así que hay que tomar decisiones y plantear sacrificios, pero no habrá que adivinar para quién, sabiendo a quién sirve el Gobierno del PP.

Cada día tengo más claro, y ya no me cabe la menor duda -si es que antes la tenía-, a qué intereses sirve el Gobierno de Rajoy y, también, de dónde saca sus réditos económicos para después repartirlos entre sus dirigentes. Por eso, en Economía como en tantas otras cosas, lo que es bueno para la oligarquía -los ricos y poderosos-, no es bueno para la gente y menos para nuestro país.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

viernes, 11 de abril de 2014

El cambio climático o el colapso que nos viene.

No me explico ni entiendo como todavía hay gente que niega el cambio climático. Pienso que lo tienen que hacer por ignorancia o en defensa de determinados intereses económicos.

Esta reflexión a muchos les parecerá algo pesimista pero la situación es la que es, según cuenta el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, según sus siglas en inglés) del programa para Medio Ambiente de las Naciones Unidas en un informe de 31 de marzo de este año sobre los impactos del cambio global. Este Grupo evalúa periódicamente la información científica, técnica y socioeconómica más relevante para la comprensión del riesgo del cambio climático inducido por el hombre.

En esta nueva evaluación han participado media docena de investigadores españoles, destacando el papel de Íñigo Losada de la Universidad de Cantabria, que lideraba el capítulo sobre zonas costeras. El informe del IPCC, basado en la evaluación de las evidencias recogidas en un volumen de literatura científica que duplicaba las anteriores de 2007, concluye que el cambio climático está ocurriendo ya y que tendrá efectos más devastadores de lo previsto en evaluaciones anteriores. Que afectará sobre todos a los más pobres, generando conflictos importantes que darán al traste con la perspectiva de reactivación de las economías regionales y globales.

La capacidad de predecir los futuros cambios derivados de las emisiones acumuladas de gases de efecto invernadero no se debe a un don de los dioses, sino al trabajo de miles de científicos durante décadas. La ciencia del cambio climático se ha construido con teorías y fundamentos tan sólidos que son capaces de formular predicciones fiables. Sin embargo, la sociedad no las cree y tampoco escucha los pronósticos de los científicos, ni los informes del IPCC, máxime cuando el futuro ya no solo es preocupante sino que, de no hacer nada, será catastrófico.

No puedo entender como el espacio dedicado en los medios de comunicación a este informe ha sido mínimo en comparación al dedicado a la infracción de tráfico de una política de segunda fila como Esperanza Aguirre. Cuando el cambio climático nos vuelva a golpear,  cuando las tormentas de nieve paralicen medio mundo, cuando temporales extremos destruyan nuestras defensas costeras y cuando huracanes intensos sieguen miles de vidas en Filipinas o Nueva York, una y otra vez y cada vez con más furia, nos preguntaremos qué ha pasado. Quizás entonces alguien recuerde que los científicos ya nos habían advertido, y es que tenemos una memoria muy frágil todos, los medios y la sociedad.

La verdad científica nos dice que cada vez nos queda menos tiempo para poder frenar los impactos, poder controlarlos o asimilarlos y adaptarnos a ellos. Si las sociedades, la globalizada y las nacionales, no toman medidas contundentes sin más dilación, estaremos abocados a un futuro de catástrofes naturales, hambrunas, flujos migratorios incontrolables y conflictos. África, el continente que más personas añadirá a la población global -9.000 millones de habitantes en unos 35 años-, es un continente aquejado ya por la hambruna, la pobreza y los conflictos. Si ahora son centenares los que intentan saltar las vallas de Ceuta, ¿qué ocurrirá cuando sean millones? ¿Qué pelotas de gomas o concertinas podrán detenerlos?

Para terminar esta pesimista reflexión sobre el colapso que nos viene, unas palabras  esperanzadoras, que el atípico Presidente de Uruguay, José Mujica, dijo a Juan José Millás en una entrevista de finales de marzo en El País, “hay países que han perdido un punto o dos del PIB por culpa del cambio climático. Y hay problemas en el mundo que ningún país puede resolver ya por sí mismo, hay que resolverlos a nivel global, pero lo que ocurre es que el mundo de hoy se entretiene solo con lo urgente. Así que lo que ha desatado el hombre debe arreglarlo el hombre, pero no pensando como país, sino como especie”. Ojalá muchos Presidentes y Jefes de Estado fuesen tan cercanos al pueblo y tan conscientes de este grave problema como Mujica, con su maravillosa filosofía en defensa de la vida, porque de ser así esto funcionaría de otra manera.

María José y Ángel Luis Jiménez

jueves, 10 de abril de 2014

Relatos de frontera.

En su séptima edición del Festival Internacional de las Letras de Bilbao se han abordado los relatos de frontera en sus conversaciones literarias.

El concepto de frontera es muy concreto y a la vez muy amplio. Si bien la fuerza de la globalización parece conducir a un mundo sin fronteras, lo cierto es que las líneas divisorias aún permanecen y cada día se acentúan más. Unas líneas que a veces se experimentan con angustia y violencia, otras como una afirmación de la identidad que se cierra en sí misma o se abre para aprender de lo que hay al otro lado, porque cada muro es una puerta.

El concepto de frontera tiene un evidente sentido físico y humano, como ocurre en la raya o  línea que separa África de Europa, tan de actualidad en estos días con los asaltos a las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla. También adquiere un significado social e individual, patente en las distinciones entre grupos y estamentos, entre personas con distintas maneras de ver el mundo. La frontera también está en el Arte desde casi sus orígenes, en la clasificación y distinción de las disciplinas creativas y sus géneros. La tragedia no es la comedia, ni la música la poesía, aunque la mezcla se produzca insistentemente.

Este festival literario y de fronteras ha sido inaugurado por Herta Müller, escritora rumano-alemana, Premio Nobel de Literatura en 2009. La frontera es un término que para Herta Müller tiene un significado muy profundo y aterrador. Su madre fue deportada a Ucrania, donde pasó cinco años en un campo de trabajo, y su padre fue obligado a servir en vallas y fronteras con la SS alemana. “Europa Occidental sigue hablando de fronteras con gran admiración, pero para mí una frontera es una franja de muerte, de persecución, donde te mataban a tiros o eras despedazado por los perros”.

Ella asumió la pesada carga de elaborar en forma literaria experiencias extremas fronterizas, propias y ajenas, muchas de su propia familia: el hambre permanente en medio del trabajo forzado, el cautiverio por pertenecer a una minoría étnica, la persecución por ser extranjera en su tierra... Müller se sirvió de la literatura para levantarse y superar tanto horror, aunque confiesa que “hubiese preferido no haber vivido esa vida, y ni un solo día bajo esas dictaduras”. Se destruyen tantas vidas en esas dictaduras, cuando lo más importante es el ser humano y la vida...

Tengo muy claro que lo importante es el ser humano, la vida y la esperanza en un futuro mejor y sin fronteras. Hasta el Papa Francisco en su visita al Centro Astalli de Roma para la asistencia a los refugiados, habló de esperanza, de futuro y de puertas abiertas. “Tened siempre viva la esperanza. Ayudad a recuperar la confianza. Mostrad que con la acogida y la fraternidad se puede abrir una ventana al futuro, más que una ventana, una puerta, y aún más, todavía se puede tener un futuro”. Pero hay tanta hipocresía con la emigración en el llamado mundo desarrollado, que tengo dudas sobre su futuro. Lo decía con mucha ironía el dramaturgo suizo Max Frisch cuando la emigración era más fuerte: “Nosotros pedimos mano de obra barata y lo que recibimos son seres humanos”.  Y todavía no lo hemos entendido.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

lunes, 7 de abril de 2014

El problema de Cataluña.

Los puentes entre Cataluña y España cada día se deterioran más y quizás cuando queramos arreglarlos, no haya gente que quiera hacerlo, porque entonces ya no habrá nada que  nos una. 
  
Mañana 8 de abril se celebrará en el Congreso de los Diputados un debate específico sobre el referéndum de independencia que la Generalitat Catalana pretende celebrar el 9 de noviembre de este año. Tengo muy claro, igual que la mayoría de los españoles, que la iniciativa será tumbada por casi todos los grupos políticos de la Cámara. Por supuesto, con el voto en contra de los nacionalistas catalanes. La  Generalitat ya ha anunciado antes del debate que mantendrá su desafío. Pero después de este debate habrá que hacer algo porque el problema político catalán no acaba aquí. Y la inmovilidad como estrategia que practica el Gobierno de Rajoy, no funciona, ni puede funcionar, pues no soluciona nada.

En estos días el Tribunal Constitucional se ha definido con una sentencia sobre la declaración de soberanía del Parlamento de Cataluña, que básicamente dice dos cosas. La primera, que Cataluña no es sujeto de soberanía, que la soberanía es indivisible y pertenece al pueblo español. La segunda, que el derecho a decidir no es un derecho para la autodeterminación, pero como aspiración política es defendible. Y por tanto, -según interpreto- reconoce la existencia de un problema político que exige un diálogo político para concretar esas aspiraciones. Eso sí, con respeto a tres principios esenciales: legalidad, legitimación y diálogo.

En consecuencia, el debate de mañana no es solo sobre el futuro de Cataluña, sino también sobre el futuro de España. Y una parte de la ciudadanía española no puede decidir sobre el conjunto. Y mucho menos sobre la independencia de una parte. Sin embargo, dicen los nacionalistas que en democracia no se puede limitar lo que el pueblo puede decidir, porque el voto es la esencia de la democracia. Pero no dicen que en democracia hay derechos y libertades sobre los que no se pregunta, porque son intrínsecos a ella. Y poniéndolos en cuestión mediante el voto, como ha ocurrido históricamente, se puede hacer retroceder la democracia y eliminar libertades. Y eso significa menos democracia, no más democracia. Por eso creo que es una trampa de los nacionalistas decir que lo democrático es votarlo todo y cuanto más mejor.

Pero este es un grave problema que tenemos que arreglar entre todos, catalanes y españoles, con un proceso legal y de reformas importantes para que todos sigamos juntos, aunque sea de otra manera. España tiene un problema de integración de sus nacionalidades. Lo tenemos y  tenemos que reconocerlo para poder solucionarlo, y además debemos abordarlo mediante el dialogo. Hay que tender manos  y abrir diálogos para estudiar los problemas de articulación del modelo autonómico, la cooperación interterritorial, las competencias, la financiación autonómica, etcétera... Todo eso dará oportunidad de hacer política, pero política de Estado, no de partidos.

No hacer nada, y esperar a verlas venir, es un suicidio político. Cada día hay más catalanes independentistas y cada día hay más españoles que dicen “si se quieren ir que se vayan”, sin pensar que todos somos parte de un mismo país. Y eso lo estamos negando unos y otros reiteradamente con palabras y acciones extremas, que enconan el diálogo y lo hacen imposible. Hay que ir al encuentro y no al desencuentro. Pero la realidad es que los puentes entre Cataluña y España cada día están más deteriorados y quizás, cuando queramos arreglarlos o renovarlos, no haya gente que quiera hacerlo, porque entonces ya no habrá nada que nos una. Y eso sería una irresponsabilidad y un desastre. 

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

sábado, 5 de abril de 2014

En defensa de la política.

Después del 15M y el 22M, pienso que hay muchas protestas, pero pocos cambios.

En España y en el mundo hay continuas convocatorias por las redes sociales -Twitter, Facebook…- o por mensajería -Telegram, WhatsApp, Line…- para protestar contra tantos abusos de la Troika o los Gobiernos que nos tienen a todos indignados. Sin ir más lejos ayer, día 3 de abril, había una convocatoria de los sindicatos en todas las grandes ciudades del país  contra las políticas de austeridad y para parar los recortes, reivindicando la implantación de planes de inversión que reactiven la economía española y generen empleo.

Tantas cosas nos indignan que cualquier convocatoria a través de las redes sociales y el boca a boca atrae a mucha gente. Y es que la gente está muy cabreada, además sabe que las cosas pasan en la calle, y al reunirse trasmiten un sentimiento de comunidad que tiene mucha fuerza. El problema está en qué pasa después de la marcha o la concentración. Alguna vez termina en confrontación violenta con la policía y otras muchas veces no. Aunque resulta tremendamente paradójico que para proteger la seguridad de los espacios públicos sea necesario condicionar como se hace el ejercicio de los derechos ciudadanos.

A mí como a cualquier otro ciudadano que quiere ver resultados, me preocupa que con frecuencia muchas manifestaciones o concentraciones no tienen una organización previa con la capacidad necesaria para dar seguimiento a las exigencias y llevar adelante el complejo, muy personal y posiblemente aburrido trabajo político, que es el que al final produce cambios en las decisiones de la autoridad o del Gobierno.

Sobre esto la profesora y socióloga Zeinep Tufekei, de la Universidad de Carolina del Norte,  ha escrito que “antes de Internet, el tediosos trabajo organizativo necesario para evadir la censura u organizar una protesta también ayudaba a crear la infraestructura que servía de apoyo a la toma de decisiones y a las estrategias para sostener esfuerzos. Ahora, los movimientos pueden saltarse esas etapas, lo cual con frecuencia los debilita”.

Por eso no tengo la menor duda de que hay un poderoso motor político prendido en las calles de las ciudades españolas, que gira a altas revoluciones y genera mucha fuerza y energía. Pero ese motor no está conectado con las ruedas y por eso no hay movimientos y los cambios necesarios. Por tanto, es necesario conectar todos esos movimientos y convertirlos en organizaciones capaces de hacer trabajo político a la antigua, aunque la política esté ahora tan denostada. Porque la política es la única herramienta que sirve para entenderse y llegar a acuerdos posibles entre personas con diferentes formas de pensar y con intereses contrapuestos. Y solo con la política, se podrá hacer real lo posible y también lo imposible.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

miércoles, 2 de abril de 2014

La polémica entre Montoro y Cáritas.

La desconexión de este Gobierno con la realidad es increíble. La realidad no existe. La realidad es la que nos dicen ellos y no la que vive la gente o dice Caritas.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha dicho este fin de semana que los informes  elaborados por Cáritas sobre la pobreza en España “no se corresponden con la realidad” porque sólo se basan en “mediciones estadísticas”. Así que le ha pedido a esta organización que no “provoque” debates ni polémicas en este sentido.
Estas palabras de Montoro son la respuesta, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, a una pregunta sobre el informe presentado el jueves por Cáritas Europa, según el cual España es el segundo país de la Unión Europea (UE) con el mayor índice de pobreza infantil, superada solo por Rumanía.
Asimismo, según el estudio “Análisis y Perspectiva 2014” presentado por la entidad humanitaria católica también en Madrid el jueves, al menos un millón y medio de hogares españoles padecen una situación de exclusión social severa, un 69,8 % más que en año 2007.
Para el titular de Hacienda los informes “sistemáticos” que elabora Cáritas “son de contenido puramente estadístico” y, ha explicado que “cuando se habla en términos estadísticos, se está hablando de otro umbral de renta que lleva a la pobreza”. “Ello sitúa a España en peor lugar comparativamente que otros países de la UE pese a que estos tienen rentas per cápita muy inferiores”. Palabras, palabras, palabras… que no dicen nada.
Montoro ha añadido que en las presentaciones públicas de los citados informes “se mezclan conceptos erróneos”, refiriéndose a lo que costaría erradicar la pobreza comparado con los 2.600 millones de euros que el Gobierno se plantea gastar para rescatar las autopistas quebradas de Madrid. Algo que todavía no ha sido suficientemente explicado.
Los conceptos erróneos de Cáritas, pese a lo que diga el ministro, son ciertos y proceden de su propio Ministerio, que como operación para salvar las autopistas quebradas ha propuesto crear una sociedad pública que integre las nueve concesionarias en dificultades, imponiendo a los prestamistas una quita del 50% de la deuda. Y el Gobierno o los contribuyentes cargaran con el otro 50% de la deuda: 2.500 millones de euros.
Y todo ello para que el Estado no tenga que hacer frente a la responsabilidad patrimonial -que la tiene-, evaluada en unos 5.000 millones de euros. Otro callejón sin salida como el de los bancos y cajas en el que nos metió el Gobierno anteriormente. Así que hay abierta una polémica absurda, con la mentira del ministro y la verdad de Cáritas, para hacernos olvidar las responsabilidades de quienes proyectaron, autorizaron y construyeron un negocio ruinoso que ahora tenemos que pagar, como siempre, entre todos los españoles.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez