miércoles, 16 de mayo de 2012

Elogio al 15-M en su primer aniversario.

No pretendo hacer un astuto ejercicio de adulación del movimiento 15-M, porque muchas veces al adular se intenta desactivar este movimiento social lleno de ideas. Eso se lo dejo a conocidos intelectuales españoles que combinan la locuacidad conformista con el silencio selectivo, como decía Antonio Tabucchi. Tampoco trato de lavar la culpa de una sociedad tan resignada sobre su futuro como la española, sino comentar lo que se dice sobre un movimiento cada día más maduro y consolidado. Lo cierto es que nos ha traído nuevas formas y maneras para regenerar la vida pública. ¿Cómo? Poniéndole rostro humano al drama de la crisis que se está retornando en recesión,  confirmando que lo peor no ha pasado y que puede empeorar. Recuperando el interés de los ciudadanos por la política y la democracia. Haciendo que se viva la política desde la vida real y no desde los partidos políticos. Traduciendo el movimiento de indignación moral en objetivos concretos: democracia real, libertad, igualdad y transparencia, sin olvidarse de Europa. Transformando el discurso abstracto de los políticos en propuestas concretas que corrijan tantos errores, equivocaciones e improvisaciones. Haciendo visible el malestar de la ciudadanía contra las élites políticas y económicas que están hundiendo la economía y la democracia española. Reconvirtiendo los resignados en indignados. Y lo más importante, descubriendo a los jóvenes que la frustración que sufren es la cara real de los anhelos que les invitan a soñar. Y todavía les parece poco a los politólogos e intelectuales españoles. Pero qué esperaban.
María José y Ángel Luis Jiménez

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