Como mínimo del 15M queda la posibilidad de repetirlo,
aunque creo que ha sabido transformarse en otras entidades colectivas que
persiguen objetivos concretos y sobre todo la defensa de los derechos de la
gente.
Se han cumplido el tercer aniversario del 15M y ninguna de
sus propuestas, que se sepa, han penetrado en ninguna institución ni gran
partido, además los grandes medios no han incorporado ninguna de las voces y
referentes del movimiento, y sin embargo sigue recibiendo un apoyo social del
72% según las encuestas. El 15M no sigue en las plazas, y muchos pueden pensar
que ha sido un fracaso o ya no existe. Pero no es así, porque el 15M ha sabido
transformarse en otras entidades colectivas que persiguen objetivos concretos:
Afectados por la hipoteca en vivienda, 15MpaRato contra los banqueros, Marea Blanca
en Sanidad, Marea verde en Educación y Red Ciudadana, Partido X o Podemos en el
frente electoral. Hoy por fin podemos
decir que ha llegado la hora de la gente y de utilizar bien el voto, lo poco
que tenemos los ciudadanos para cambiar las cosas.
En estos años la presencia de 15M en defensa de los derechos
de la gente ha sido visible y efectiva, pues han paralizado la privatización de
la Sanidad en Madrid o la arbitraria urbanización del barrio de Gamonal, han participado
en la gestión de lo público en Barcelona, y, a través de la PAH, han sido
fuente de derecho en el tema de los desahucios. El 15M empieza a modular,
directa o indirectamente, cambios electorales que afectan al bipartidismo con múltiples
alternativas de cara a las elecciones europeas del día 25. Además, han afectado
a la agenda pública pues el Jefe de Estado, el Presidente de Gobierno o el
Presidente de la Generalitat han reducido sensiblemente sus actividades a pie
de calle, porque la calle ha pasado a ser de la gente.
Los del 15M dicen que las urnas no son el único espacio
posible, aunque también es necesario ocuparlo para cambiar las cosas. Votando se
iniciará un proceso constituyente, que aunque lento erosione este Régimen ya erosionado.
El 15M es un cambio cultural que será lento pero que será, y aunque venía gestándose
desde hace mucho, era imposible prever todo esto hace tan solo tres años. El
15M se inició como un hermoso tumulto en el que se juntaban los afectados por
las hipotecas con los damnificados por las preferentes, los cristianos de base
con los básicamente ateos, los parados de larga duración con los licenciados
que colgaban el diploma de un delantal en un chiringuito de comida rápida, y
todos ellos decían y siguen diciendo que juntos podemos. De aquella catarsis han
surgido diversas organizaciones contra la corrupción, los desahucios, el
bipartidismo y la desesperanza que de una forma u otra aún resisten y estarán
presentes en el Parlamento Europeo después del 25 de Mayo. Lo creo y lo espero.
Esta es la hora de los pequeños que se han hecho ya grandes.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez
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