sábado, 17 de diciembre de 2011

El capitalismo consumista.

Si queremos entender, un poco más, como funciona el sistema, sólo hay que ver como se promueve un consumo desbocado en estas fiestas. Nuestra sociedad convive con el consumo de la novedad continua, en la perpetua superación de lo anterior. Y cada vez que aparece un nuevo producto se anuncia como algo único, pero sabemos que es tan único como todos los anteriores. Esto ocurre con cualquier tipo de producto, ya sea industrial, financiero o de servicios, porque para el sistema todo es mercancía. Bertrand Rusell ya denunciaba en su tiempo el sobreconsumo, la creación de necesidades ficticias y la indefensión de la clase trabajadora en un sistema que lleva a los trabajadores al paro forzoso o al trabajo a destajo, mientras una minoría que tiene el poder económico o financiero acumula cada vez más riquezas. Hasta, Ángel Gurria, secretario general de un organismo como la OCDE, que en estos días celebra su 50 aniversario, lo acaba de decir: “En nuestra sociedad cada día aumentan más las desigualdades, porque los trabajadores pierden cada vez más derechos”. Y así nos va. Sin embargo, con un solo gramo de sensatez se podría ayudar a cambiar muchas cosas.      
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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