lunes, 13 de agosto de 2012

Y otra más de la herencia recibida.

En una entrevista en Horasur de la pasada semana, el alcalde de Algeciras, Ignacio Landaluce, como profesional de medicina justificó la situación de recortes del Gobierno comparándola con un enfermo: “este enfermo está como está porque el PSOE ocultó la enfermedad, equivocó el tratamiento, y se volvió a equivocar voluntariamente cuando cambió el médico, y el PSOE dio al PP datos erróneos sobre el tratamiento y el diagnóstico, y el enfermo está muy grave. Todo el que sea sensato debe estar preocupado, pero debe comprender que nosotros nos estamos ocupando y nos preocupamos”. Siento llevarle la contraria al señor alcalde y diputado, pero, “la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero”. Según las encuestas de estos días, la ciudadanía está convencida de que Rajoy no sabe realmente lo que está pasando y que vive en el desasosiego de unos acontecimientos que lo desbordan por completo. Rajoy había creído que con llegar al Gobierno bastaría para que volviera la calma a los mercados y la tranquilidad a la economía española. La realidad es que sigue a estertores -espero me acepte Landaluce este simil médico- las exigencias que le llegan de fuera, rehúye la complicidad de la oposición y de la propia sociedad, y se escuda en que no tiene libertad para decidir. Así que, el dato cierto es la existencia del enfermo, pero no hay médico que se responsabilice por lo que el desánimo crece cada día, aumenta sin cesar el número de ciudadanos angustiados, crece el descredito de la política y la democracia languidece. Y como sucede en las sociedades injustas, los verdaderos culpables de esta crisis se irán de rositas y, como siempre, pagará el pueblo.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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