miércoles, 1 de agosto de 2012

El efecto dominó.

Las operaciones a corto son prácticas financieras netamente especulativas. Se toman prestadas acciones durante un plazo, apostando a la baja, y una vez bajado el precio de la acción, se compra a un precio inferior al que se vendieron para devolvérselas al prestador con una comisión. Llevándose el especulador la diferencia conseguida. Esta práctica especulativa debería estar prohibida, no por seis meses como ha decretado el Gobierno español sino para siempre. Esta medida de suspensión de las operaciones a corto, junto al amago que hizo el jefe del BCE de que iba a comprar deuda española e italiana sin límites, ha hecho que se calmen los excitados mercados. Pero, ¿por qué no se hizo antes? Tenemos que estar al borde del abismo o en situaciones catastróficas para que se tomen medidas razonables en defensa de la deuda y del euro. El presidente de la Eurozona Jean-Claude Juncker, responsabilizó a Alemania del agravamiento de la crisis por tratar a la zona euro como una “filial”. Hasta el presidente Obama advirtió esta semana, que la economía estadounidense se está viendo muy afectada y sufriendo los efectos del agravamiento de la crisis en Europa. Urgió de nuevo a los líderes europeos a tomar medidas decisivas y así evitar el contagio a otras regiones del mundo de la situación desestabilizadora de la Eurozona. El secretario del Tesoro estadounidense, de gira por Europa, hacía también hincapié en la necesidad de aplicar las reformas acordadas en el último consejo europeo y aunar esfuerzos, a escala europea e internacional, a favor de una estabilización de las finanzas públicas y la reducción de los desequilibrios macroeconómicos. Pero, en Europa no estamos haciendo nada de lo que tenemos que hacer para preservar la moneda única, solo hacemos declaraciones para “comprar tiempo”. Así que, sin cambios fundamentales en el BCE y en las instituciones europeas, no se resolverá la crisis. La situación de España e Italia en los mercados sigue siendo muy difícil y vulnerable, con la prima de riesgo todavía por encima de los 500 puntos básicos y los bonos a diez años rozando el 7% de interés. Mientras estamos a la espera de que se ponga en marcha este jueves, día que se reúne la cúpula del BCE, algún mecanismo que permita aliviar la presión en el mercado de deuda soberana. Pero el riesgo de decepción por las exigencias alemanas es muy elevado. Si no hay alivio en la presión, España e Italia no podrán aguantar más y caerán. Y si caen estas dos importantes economías europeas, Alemania principal acreedora de ellas también caerá. Y con ella, Europa y después Estados Unidos, que no tendría por los problemas europeos solvencia para atender con su economía deprimida los intereses y vencimientos de su multimillonaria deuda con China.  Y al final todos calvos o todos muertos. Qué partida de irresponsables. 
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

No hay comentarios:

Publicar un comentario