domingo, 15 de diciembre de 2013

El déficit tarifario.

El artículo 47 de la Constitución Española dice “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho [...]”.

Me figuro que cuando la Constitución dice digna y adecuada, se refiere a los servicios básicos como el agua, el gas y la luz. Así que hoy es un buen momento para hablar de uno de esos servicios básicos, la luz. Sobre todo por sus continuas subidas de precio o por algo más extraño y de lo que habla permanente el Gobierno, el déficit tarifario. Unos días el ministro de Industria, señor Soria, nos dice a los ciudadanos que la luz no subirá y otros nos avisa de lo contrario, que subirá, pero que todo depende del déficit tarifario.

Pero, ¿qué es el déficit tarifario? Para aclararnos hay que decir que este es un concepto inventado por Rodrigo Rato para ayudar a las eléctricas cuando tenía cartera de vicepresidente en el Gobierno de Aznar. Y hasta hoy. La definición es sencilla: el déficit tarifario es la diferencia entre lo que cuesta generar electricidad y el precio que pagamos los españoles en la factura. Nos dicen que este déficit tarifario está “perfectamente” cuantificado en 26.000 millones de euros acumulados.

Ahora bien, la mayoría de los españoles nos preguntamos cómo se ha calculado esa cifra. Quién la ha proporcionado. Y basándose en qué informes. Por supuesto, la cifra ha sido calculada y cuantificada por las empresas eléctricas y, por increíble que parezca, ha sido asumida por el Gobierno tal cual. Sin dudarla. Sin comprobarla. Sin auditarla. Sin embargo, cosa extraña ¿o no?, la Comisión Nacional de la Energía si audita las productoras eléctricas de energía renovables. ¿Por qué?

Así que una vez más tenemos una deuda generada en un sector privado que, por arte de birlibirloque, pasa a ser pública. Pero no tan pública, porque en julio el ministro Soria promulgó la siguiente fórmula como solución para reducir en 4.500 millones el déficit tarifario durante el 2013: 2.700 millones los pondrían las compañías productoras y 1.800 los ciudadanos. De esta última cifra, 900 millones los pagaremos como consumidores (la tarifa subió con este argumento el 1 de agosto más de un 3%); de hecho, la mayor parte del importe de nuestra factura de luz se va para este concepto. y los otros 900 millones, como contribuyentes con impuestos indirectos.

Nos quedamos tranquilos, pero llegó el otoño... y en octubre la luz subió de nuevo, por cuarta vez, este año. Pero aún hay más. Hace unos días el ministro de Industria anunció que la cosa empeora y anuncia otra subida a partir del 1 de enero de 2014. ¿Por qué? Está claro, por el enigmático y misterioso déficit tarifario. Así que ahora el ministro donde dijo Digo, ahora dice Diego. Ya hace siete años que los españoles llevamos sufriendo subidas en el coste de la luz de hasta un 67%. Subidas que cada vez tienen menos que ver con la crisis y más con la estafa.

Las empresas eléctricas de nuestro país (Iberdrola, Gas Natural Fenosa y Endesa) no son empresas con pérdidas por ese déficit tarifario, déficit nunca auditado, sino que por el contrario para el 2013 duplicaran beneficios en relación a sus homólogas europeas según datos de las propias empresas. Ya en 2012 aparecían en el ranking  de las diez eléctricas europeas con más ganancias. Además tienen entre sus máximos accionistas a bancos patrios, Gobiernos extranjeros y fondos de inversión de “alto nivel”. Me figuro que por algo será.

En fin, según el Gobierno hay que resignarse a que la luz cueste lo que digan las eléctricas para que generen beneficios, ya sea vía consumo o déficit tarifario. Así que los pequeños consumidores poco pueden hacer en defensa de su bolsillo mientras que a este Gobierno le preocupen más los beneficios de las empresas eléctricas y su cotización en bolsa, que los intereses de la gente llana como sería lo normal. Aunque con nuestro voto podemos cambiar estas actuaciones. ¿Lo haremos?

Ángel Luis Jiménez Rodríguez


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