miércoles, 22 de diciembre de 2010

Contra el racismo: la razón

El rito despojado aparentemente de su carácter religioso o mágico ha seguido activo a lo largo de la historia cargando las culpas de la tribu sobre personas inofensivas que se convierten en víctimas o chivos expiatorios. Este año les ha tocado a los gitanos rumanos de Francia o de Motril o de otros lugares de Europa, después serán los inmigrantes -ya el Parlamento europeo ha tenido que abortar la directiva de permiso único que pretendía privarles de sus derechos- como antes lo fueron los judíos. La respuesta de otros colectivos desfavorecidos ha sido la de siempre: mientras no vayan a por mí, no me preocupo. Pero es necesario, por el bien de todos, combatir esta xenofobia con otro rito existente: la hospitalidad, que permite el primer acercamiento y el reconocimiento mutuo hasta que se encuentre, mediante la convivencia, nuevas afinidades humanas para crear una sociedad más diversa y justa. Porque contra el racismo tenemos que usar la razón, no es cuestión de tolerancia, ni de comprensión, ni de igualitarismo. La clave está en el respeto a la diferencia. Serán diferentes, pero no son menos. Así que tened cuidado con los que gritan: ¡Ellos son diferentes, ellos son los culpables!
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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