sábado, 11 de diciembre de 2010

La historia en directo.

Estamos asistiendo, gracias a Wikileaks, a un capítulo de la historia del siglo XXI en directo. Hasta ahora, había que esperar años para que los historiadores contaran lo que pasó realmente en las reuniones secretas entre líderes mundiales. Sus conversaciones saltan a nuestra pantalla y diarios. Habrá que ver que se deriva de este episodio. Los usos en las relaciones diplomáticas pueden verse redefinidos y para los medios de comunicación es un salto hacia adelante sin precedentes, una nueva vuelta de tuerca a la revolución digital de la prensa. La gran filtración de Wikileaks, a través de cinco diarios de referencia el estadounidense The New York Times, el alemán Der Spiegel, el británico The Guardian, el francés Le Monde y el español El País y, cómo no, de internet y de las redes sociales, permite poner cada día más trabas al abuso de los poderosos y a la ocultación de secretos que no son más que tejemanejes de políticos y diplomáticos.   
El caso de los papeles del Departamento de Estado, o como Wikileaks lo ha llamado el Cablegate, pasará a la historia de las filtraciones junto a otros como los Papeles del Pentágono en 1971 sobre la historia secreta de la guerra de Vietnam. Los titulares de la prensa de todo el mundo hablan del: “Impacto del cablegate”, “Campaña de los ciberactivistas”, “La defensa del jefe de Wikileaks pasa a la acción”, “Asalto a la red” “Grupos de hackers atacan las web que han iniciado el boicot contra el portal de Wikileaks”.
Aunque el fundador de Wikileaks está detenido, podría ganar esta guerra, ya que sus oponentes no han calibrado bien cuál es la naturaleza de los contendientes, ni el escenario de operaciones, ni las armas. La batalla puede ganarla un ejército anónimo y global capaz de hacer frente a quien pretenda impedir la libertad en internet. Alguien no ha entendido que la fuerza, el poder, el dinero o el tamaño ya no triunfan frente a la libertad y la información en la sociedad-red. Y esta batalla solo es el principio. Además, no estamos solos, pues hasta el presidente saliente de Brasil y líder del G-20 ha dado la cara por el fundador de Wikileaks, Julián Assange, y no será el primero ni el último líder mundial que lo haga. Lula, afirmó ayer: “Quiero manifestar mi protesta contra este atentado a la libertad de expresión. En vez de culpar a quien ha divulgado estos documentos, deberán ser culpados los que lo escribieron”.
En varias ciudades españolas, en estos días,  hay convocadas protestas. Se puede consultar el día, las horas y lugares en: www.freewikileaks.eu. Esta es una cuestión de defensa personal y contra todos los que ponen en peligro los derechos y libertades en internet. Por eso, el mundo necesitará a Wikileaks hasta que la sociedad-red sea completamente libre. La libertad, no quepa duda, ganará al final  y este mundo obediente, sumiso, cautivo y censurado, se acabará.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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