viernes, 16 de noviembre de 2012

Resistir


Transcurrido dos meses desde la decisión de Hacienda de gravar las entradas de los espectáculos culturales con el 21% de IVA, ya se están notando sus efectos. Hay menos conciertos, menos películas, menos teatro, en una actividad cultural y hasta industrial que, antes de la crisis, ocupaba a 600.000 persona y generaba valor económico equivalente al 4% del PIB. Los creadores y gestores culturales creen que el Gobierno de Rajoy está exigiendo más sacrificios y más recortes al sector cultural que a cualquier otro. Estos recortes están contribuyendo a la pérdida de liderazgo y prestigio de España -conocida en el mundo por su cultura-, en un momento en el que la lengua española está que se sale. Y no podemos olvidar la definición que de la cultura hace la Real Academia Española: “El conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar un juicio crítico”. Así que este Gobierno con sus impuestos está recortando una buena parte de las manifestaciones culturales que permitían a la ciudadanía  desarrollar un sentido crítico y pensar por sí mismo. Si el Gobierno no rectifica, el escenario de futuro para la cultura es escalofriante. Según las previsiones de la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural Española, que aglutina a 4.000 empresarios, se perderán 43 millones de espectadores, habrá una reducción de 530 millones de ingresos en taquilla, se destruirán 4.500 empleos directos y se extinguiran una de cada cinco empresas dedicadas a la música, el cine o el teatro. En estas situaciones de crisis, ajustes y recortes, habría que recordarles a los gobernantes españoles lo que hacía Pericles, el mayor defensor de la democracia ateniense y del teatro griego, que además de promover la puesta en escena de las grandes tragedias, constituyó un fondo público que se hacía cargo del pago de las entradas de los ciudadanos que no podían costeárselas. El teatro, según el dramaturgo Juan Mayorga, es el arte de la crítica y de la utopía. Por eso, es natural que sea temido por los enemigos de la democracia. También dice que ha de ser entretenido, aunque su misión última es examinar las posibilidades de la vida humana, es decir, examinar esta vida e imaginar otras formas de vivir. Y además, examinar el lenguaje que usamos e imaginar otros posibles, sobre todo el lenguaje público, que se ha llenado de perversos eufemismos que afectan a la calidad de nuestra democracia. Así que con la libertad y la democracia seriamente amenazadas por un discurso, según el cual no se puede hacer otra cosa que someter la vida a los mercados. Hay  que reclamar cada día más cultura y ejercerla para poder resistir y ayudar a otros a resistir. No hay otra opción, si queremos ser ciudadanos críticos en esta sociedad tan injusta que nos ha tocado vivir. Porque si es grave la subida del IVA, más grave es todavía la negativa del Gobierno a responsabilizarse de la pobreza, la ignorancia y la violencia que están generando sus equivocadas medidas y decisiones.


Ángel Luis Jiménez Rodriguez

No hay comentarios:

Publicar un comentario