jueves, 27 de junio de 2013

Una ley que crea desigualdad.

La polémica sobre la ley Wert se ha centrado en estos días sobre la nota mínima para las becas, recibiendo el rechazo encendido de los rectores y las quejas de distintos colectivos de estudiante que ven en los nuevos criterios un ataque a la igualdad de oportunidades.
Tras la avalancha de críticas, el ministerio parece que cambiará el texto antes de enviarlo al Consejo de Estado para su revisión, previsiblemente el viernes. Educación también prevé revisar los criterios previstos para el mantenimiento de las becas por la sensibilidad que ha despertado el tema. 
Sin embargo, me llama la atención que no se hable en la misma medida de la educación diferenciada que plantea la ley, pues posibilitará una educación separada de niños y niñas. La Junta de Andalucía ha tratado de paliarlo hasta ahora -basándose en la actual normativa- retirando los conciertos económicos a los centros andaluces que no practican la enseñanza mixta, y que ahora serian revisados con la ley Wert.
Si espero que el Consejo de Estado en su revisión recuerde a este Gobierno algo obvio, que vivimos en un Estado laico respetuoso del pluralismo según la Constitución, y que no se debiera promover ni incentivar las enseñanzas religiosas como plantea la ley Wert, sino mantenerse neutral ante la concurrencia en la sociedad de ideas, doctrinas y religiones.
Porque dice Wert que los artículos 16.3 y 27.3 de la Constitución son el punto de partida para sustituir la educación en valores cívicos por la religiosa. Pero no hay nada en esos artículos que obligue a los Gobiernos a dar clases de religión y moral católica en las escuelas públicas y menos a pagar los salarios de los miles de profesores que asigna a esta tarea la Iglesia.
Y al afirmar que el 27.3, donde se habla del derecho a la libertad religiosa y de conciencia, asegura que los poderes públicos deben garantizar el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Está engañando con medias verdades, porque  no aclara que este artículo no dice nada sobre que ese derecho debe atenderse en las escuelas y, mucho menos, que los alumnos que no escojan Religión deben estudiar una asignatura alternativa igualmente obligatoria. Qué desastre de ministro y de ley Wert, cuando dimitirá, porque la ley estoy seguro que no aguantará más allá de esta legislatura y de este Gobierno.


Ángel Luis Jiménez Rodríguez.

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