El periódico
“eldigital.es” publicaba esta semana una carta abierta al 24,5% de los
españoles, que según las encuestas del domingo aún siguen apoyando al PP.
Parece que no les importa que este Gobierno se cargue no solo el futuro, sino
también nuestro presente con tantas reformas y ajustes. Y con esa permisividad, oscurantismo y falta de
trasparencia con la corrupción que impide que este país pueda funcionar con normalidad. Porque la
falta de confianza en nuestro sistema político, en las instituciones y en la
democracia debido a la corrupción, es el mayor lastre para la imagen de España
en el exterior y para que nuestra siempre joven democracia funcione.
Me gustaría saber cómo
se les queda el cuerpo a esos ciudadanos, que piensan seguir votando al PP, cuando
sus favoritos electorales se están llevando impresionantes sobresueldos,
“indemnizaciones” y “becas” de alojamiento. Hasta un millón de euros más ha
cobrado el propio Mariano Rajoy solo en un quinquenio según las propias cuentas
del partido presentadas al juez Ruz, y esto mismo ocurre con buena parte de la
dirección del partido. ¿Les importa algo todo eso a los votantes del PP? O,
¿les da igual?
También espero que no
ignoren cómo ha crecido la desigualdad social en nuestro país. Estamos a la cabeza
de Europa en esa progresión desde el inicio de la crisis. Y ya hay muchos niños
que solo comen lo que les dan en el colegio. Una comida al día. No desayunan,
ni cenan. De hecho, se están habilitando soluciones individuales, sin ir más
lejos en Algeciras, para que durante las vacaciones la caridad y la solidaridad
les nutra al menos con esa ración mínima, una vez al día. Me dirán, ¿que
siempre ha habido ricos y pobres? Sí, pero no tantos ricos como ahora que
poseen lo que el 99% necesita y, además, sin pagar impuestos. Eso sin mencionar
la amnistía fiscal regalada por el PP a los evasores de impuestos y el fraude
que normalmente practican la gente de rentas elevadas o con grandes
patrimonios.
Les importa a esos
electores que miles de familias pierdan sus casas por impago de créditos
mientras se subvenciona con dinero público a los bancos. Y que Europa pida
también la dación en pago y el PP se niegue. Qué sensación les causa que
empresas especulativas extranjeras estén pujando por nuestros hospitales en las
Comunidades gobernadas por el PP. Y qué les parece que haya seres humanos que
ya no siguen en la medida necesaria sus tratamientos médicos con grave riesgo
para la salud de todos por la reducción de los servicios de salud y el repago
farmacéutico.
Saben estos buenos
votantes del PP que su Gobierno ha creado en su corto mandato un millón de
nuevos parados. Que en las positivas cifras de empleo registrado en Mayo hay
gente que figura 4 veces porque solo tiene un contrato de un día a la semana. Y
que el otoño se llevará los contratos estacionales. Les parece que una reforma
laboral que facilita el despido y la bajada de salarios es la solución. Y
encima nos dicen que estamos “en el buen camino”. Se han preguntado en qué
dirección va ese camino. Qué modelo de país se ha previsto por el Gobierno del
PP cercenando la investigación, recortando en educación y devaluando sueldos. O
mandando a la gente más valiosa de este país a la emigración.
Se han enterado que con
la nueva Ley de Costas se permitirá construir al lado del mar, volviendo a
inflar la burbuja inmobiliaria creada por José María Aznar y Rodrigo Rato
-causa fundamental de nuestra crisis particular- lo que puede alejar el turismo que es casi lo
único que nos queda ya. Tienen noticia o información de que también quieren
acabar con los parques naturales para dedicarlos al lucro especulativo.
Sabemos que este
electorado si no vota al PP, no sabe a quién votar. Les ocurre algo parecido al
electorado que mantiene su apoyo al PSOE, pero creo que menos, porque éste no
entiende porque su partido suscribe pactos para secundar las políticas del PP
con las que dicen no estar de acuerdo. Pero, ¿hay otras soluciones? Creo que
sí. Ya somos mayoría los no adictos al bipartidismo de PP y PSOE. Y además no
es lógico, ni razonable lo que está ocurriendo.
Existen además
mecanismos para lograr acabar con este insostenible desvarío y superar los
miedos al cambio. Para ello están las múltiples plataformas, frentes cívicos y
movimientos ciudadanos unidos en torno a programas de acción para luchar
socialmente y conseguir la plena
realización de sus derechos políticos y económicos. Los españoles no
podemos seguir aceptando que nuestra participación en esta democracia, que más
bien parece partidocracia, se reduzca solo a depositar un voto cada cuatro
años.
Ángel
Luis Jiménez Rodríguez
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