miércoles, 27 de octubre de 2010

El diálogo social.

El nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, en sus declaraciones de estos días, ha dejado muy claro la necesidad de revitalizar el diálogo social y explorar otras vías para conseguir la reforma del sistema de pensiones y concretar algunos aspectos de la reforma laboral que han quedado por definir. Estas reformas -según el ministro- tienen que ser consensuadas en lo político y en lo social, y para ello, la posición del Gobierno y de su ministerio es abierta y dialogante, sin que eso implique renunciar a las reformas. A la vista de estas declaraciones habría que aclararles a los interlocutores sociales -empresarios y sindicatos-, que pueden influir con su acción en las políticas del Gobierno, pero no pueden paralizarlo, ni olvidarse de su elección democrática, de la función ejecutiva y potestad reglamentaria que le confiere la constitución, de su iniciativa para fijar el calendario legislativo y de su responsabilidad de orientar el dialogo social, aunque al final en los acuerdos de este diálogo la responsabilidad sea compartida por el Gobierno, empresarios y sindicatos. ¡Que no se olviden los interlocutores sociales que el Gobierno es el árbitro que controla el silbato!
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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