En las redes sociales se ha iniciado una
campaña para impedir la venta de la finca de la Almoraima por el Ministerio de
Medio Ambiente. Su lema es NO A LA VENTA DE LA ALMORAIMA. Desde la página web
“Change.org” se pide el apoyo y la firma de los que estén en contra de esta
venta.
La Almoraima de Castellar de la Frontera es
una finca pública de unas 14.500 hectáreas, la mayoría de ellas en el Parque
Natural de Los Alcornocales del Campo de Gibraltar. Fue expropiada en 1983 a
Ruiz Mateo y a lo largo de los años ha recibido importantes inversiones
públicas de los diferentes gobiernos destinadas a la reforestación de
alcornocales, los cultivos energéticos y otros proyectos viables que a medio o
largo plazo la hubieran puesto en valor.
El alcalde de Castellar de la Frontera,
cuyo término municipal está ocupado en un 85 por ciento por la finca pública,
ha explicado que no ha sido informado del proyecto de privatización, pero que
sospechaba de las intenciones del Ministerio desde que el pasado mes de marzo
le presentaron el proyecto de Plan Especial de Usos para La Almoraima.
Este Plan Especial incluía un hotel de
cinco estrellas, dos campos de golf y un aeródromo para aviones privados, para
lo cual haría falta inversión privada. Lo que no tiene claro es si el proyecto
privatizaría las 1.300 hectáreas que ocuparían esos espacios o las 14.500 de
toda la finca, incluyendo el área forestal del parque natural.
En su plan de reducción del déficit, el
gobierno ha puesto a la venta 15.000 inmuebles del Estado como parte de las 217
medidas contenidas en su reforma de la Administración pública. Entre esas
ventas se incluyen una decena de edificios singulares, y otros
emblemáticos como La Almoraima, la finca rural más grande de toda Europa
con 14.500 hectáreas y situada en el Campo de Gibraltar.
Por eso alcaldes, sindicatos y partidos de
la Comarca piden al Gobierno que reconsidere sus intenciones, que abandone esa
idea especulativa y apueste por el mantenimiento de la Almoraima, que genera
puestos de trabajos incluso en esta época de tanto paro. Así como que haga
extensiva en ella industrias de transformación del corcho y de agricultura
ecológica, con lo que se aprovecharía el gran potencial agropecuario de la
finca, algo que sin duda dinamizaría la economía local y de la comarca del
Campo de Gibraltar.
Esta finca forma parte del patrimonio de la
Comarca y de todos los pueblos que la rodean,
y con una buena gestión de sus riquezas (ganadería, agricultura, turismo
de naturaleza, etc.), podría aliviar, si no erradicar, el paro que sufren. Esta
finca debe ponerse al servicio de los pueblos de la comarca. Sería un gran
error que callera en manos de un magnate o un potentado para especular con
ella. Lo público debería seguir siendo público. Ya está bien de tanta
especulación y privatización para beneficiar a unos pocos.
Ángel Luis Jiménez Rodríguez
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