sábado, 6 de julio de 2013

Uno de los nuestros.

Ayer se celebró el homenaje a José Chamizo en la Politécnica de Algeciras por su labor durante 17 años al frente de la institución del Defensor del Pueblo Andaluz. Fue también un homenaje a tantos hombres y mujeres de esta tierra de los que Chamizo ha sacado lo mejor para enfrentarse a los grandes problemas de esta comarca -sociales, de derechos humanos o medioambientales-, que son muchos.
Se dijeron muchas palabras llenas de verdad y afecto en este acto. Lo abrió Pepe Díaz, uno de los organizadores, diciendo “Los ricos y poderosos no le perdonan a Chamizo que haya tomado partido por los pobres”, y esa ha sido la causa de su destitución, que ha sido hecha de forma incorrecta y grosera tanto en el fondo como en la forma.
Chamizo molestaba porque representaba la dignidad y la defensa de unos valores que se están perdiendo. Y porque la casa del Defensor del Pueblo estaba siempre con las puertas abiertas para todos, pero especialmente para los que normalmente no son oídos o atendidos. Su titular pisaba todas las calles y plazas de Andalucía para conocer, sentir y sufrir con los más débiles,  gozando de la confianza de todos, por su humildad y verdad.
Todo esto no lo podía soportar una clase política insensible a la calle. Aunque políticos hay de muchos tipos y no se puede generalizar, porque puede resultar injusto e incluso demagógico. Pero en los cenáculos donde se maneja el poder y la política se decidió que ya resultaba peligrosa su forma de buscar la verdad, la justicia y la igualdad para todos los andaluces.
Este acto, como era normal, lo cerró Chamizo diciendo que estos son momentos de acción, pero también de reflexión para superar esta crisis del sistema democrático que es el resultado de gobernar de espaldas a lo que pide o quiere la gente. Y que hay que perder el miedo, porque una sociedad con miedo a hablar o a manifestarse no avanzará ni tiene futuro e irá perdiendo derechos, libertades e igualdad.
“Los desfavorecidos o excluidos cada día son más”, dijo. Así que hace falta un fuerte compromiso de todos para seguir luchando por una sociedad más solidaria y justa. Nada está escrito. Un mundo mejor y distinto lleno de esperanza y fraternidad es posible. Desde luego Pepe Chamizo está vivo y muy vivo y lo seguirá estando entre nosotros, porque es uno de los nuestros y un cómplice de lo mejor de nosotros. La lucha continúa.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

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