domingo, 2 de marzo de 2014

Todo para el norte y nada para el sur.

En Suiza el referéndum de estos días, que limita la circulación de personas, puede afectar a otro de los años noventa que acordaba grandes obras de ingeniería en los Alpes para mejorar las infraestructuras entre el norte y el sur de Europa.

Suiza con el referéndum de estos días para establecer cuota a la llegada de emigrantes ha reavivado viejos temores latentes en Europa. Es como una señal de alerta sobre quién o qué votar en las próximas elecciones europeas y sobre el peligro que corre la libre circulación de personas. Se está diezmando el contrato social de las últimas décadas y poniendo en peligro cada día más el Estado de bienestar.

Pero cuál es la respuesta europea a ese desafío de deconstrucción del proyecto europeo que pone en crisis la solidaridad de Europa. Ninguna. La Comisión dice que no puede ser tan dura como para alimentar el victimismo suizo, ni tan blanda como para permitir que Londres piense que salen gratis las medidas que vayan contra el espíritu y las normas más sagradas de la Unión Europea.

Sin embargo, este referéndum puede poner en peligro los acuerdos de los años noventa entre el país alpino y la Unión Europea, de enorme importancia para Suiza -desviar el tráfico vehicular hacia la vía férrea- y para las infraestructuras europeas -dar salida hacia el sur de las mercancías del puerto de Rotterdam-. De hecho, dieron lugar a la construcción del túnel de base San Gotardo, obra faraónica de ingeniería por su longitud -57 kilómetros-, que cuando esté terminado finalmente, probablemente entre el 2016 o 2017 (aunque se estima que pueda estar finalizado antes), conectará el sur de Alemania con el norte de Italia y beneficiará directamente a 20 millones de habitantes del sur de Alemania, Suiza, el norte de Italia y el Puerto de Rotterdam.

Este eje de conexión entre el norte y el sur de Europa, que apuesta por desviar el tráfico vehicular hacia la vía férrea, es sólo el primero de tres grandes proyectos de túneles similares; el segundo, conectará Lyon (Francia) con Turín (Italia) y el tercero unirá Austria con Italia, siempre y cuando no se vean afectados por los inminentes recortes presupuestarios en obras públicas que actualmente se está produciendo en la Unión Europea. Ante la grandeza de estos proyectos de infraestructuras europeas por sus presupuestos e ingenierías, cómo el Gobierno Español y la Unión europea pueden ser tan cicateros y escatimar hasta lo poco que dan al tramo ferroviario Algeciras-Bobadilla, tramo que forma parte de de dos de los Corredores ferroviarios de la Red Básica Europea: Mediterránea y Atlántica. ¡Ay! pobre Sur.  

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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