Una
sociedad desarrollada y libre no puede funcionar si no permite idénticas
oportunidades a la mitad de su población. Viviana Reading, la comisaria europea
de Justicia, debe estar de nuevo que trina por la oposición del PP a su plan de
incorporar un mayor número de mujeres a los consejos de administración de las
empresas. Ahora, el desequilibrio es abismal en las cúpulas empresariales. En
España, solo hay un 11% de mujeres. Viviane Reading, que también ocupa la
cartera de Derechos fundamentales, se ha propuesto reducir esa brecha. Pero,
está fracasando a pesar de las intensas campañas y reuniones con el sector
privado. Cada día se alzan voces más poderosas contra esta propuesta de
igualdad. La última fue la de Ángela Merkel. Y el miércoles le tocó al Gobierno
de Mariano Rajoy. Ese día, el PP se quedó de nuevo solo en el Congreso y
rechazó, sin aportar argumentos claros, la directiva impulsada por la comisaria
europea. Directiva que propone incorporar hasta un 40 por ciento de mujeres a
los consejos de administración de las grandes empresas de forma progresiva hasta
el año 2020. El Gobierno, que hasta ahora no se había posicionado sobre este
tema, ya lo ha hecho. Ha enviado al Parlamento un informe contrario a la
directiva europea de igualdad. Con este gobierno, España ha dejado de ser la
vanguardia europea en políticas de igualdad. Además, está poniendo freno a todas
ellas y a las que presenta la Comisión, que en este caso había sido aprobada por
unanimidad de los consejeros. Así que de momento no se pueden echar las campanas
al vuelo, pero tampoco caer en la melancolía. Las resistencias han sido
similares en otras muchas directivas europeas aprobadas anteriormente, entre
ellas las que tenían que ver con intereses económicos, sistema productivo,
costumbres… Pero, la Comisión Europea sabe lo difícil que es incorporar mujeres
a esta institución, como no sea a través de estrictas oposiciones. Cada cinco
años, Bruselas implora a los gobiernos que presenten candidatas y aún no ha
logrado componer un colegio de comisarios con más de un tercio de mujeres,
cuando debería ser igualitario. Así que no se debe seguir esperando mejores
tiempos, esa no puede ser una opción, hay que volver de nuevo a las barricadas y
continuar sin desaliento la batalla por la igualdad. Hay muchas organizaciones
en este continente y en este país peleando por el mismo objetivo. Y esta batalla
es muy importante, aunque no se hayan ganado otras, porque amenaza directamente
a la cúpula del poder tanto político como económico. Y en esas cúpulas, ni un
solo varón está dispuesto a ofrecer graciosamente su asiento a las damas.
Entonces, las mujeres tendrán que arrancárselos o arrebatárselos.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez
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