lunes, 24 de diciembre de 2012

La Navidad, el hombre y los libros.


Estos días son de turrón, zambombas y villancicos, pero tampoco puede faltar un libro. En su época, Platón identificaba la letra impresa con el olvido. Aunque él será quien traicionando a su maestro Sócrates fije las palabras en la escritura de los helenos. A partir de ese momento, el hombre y las letras se multiplicaron misteriosamente hasta nuestros días. Borges se mostraba orgulloso, no de los libros que había escrito, sino de aquéllos que había leído o se hizo leer a lo largo de sus días, porque siempre supo que un hombre es muchos hombres. Por eso, en la creación literaria hay una doble autoría: la del que lee y la del que escribe. Y diversas cuestiones, la prolongación del hombre a través de los libros, la posibilidad de la memoria gracias a la letra impresa y la construcción del mundo como imagen especular -como un espejo- de la escritura. Pues, no existe una única lectura de Hamlet o el Quijote. Según la época y el hombre, esas dos obras han servido para especular sobre el poder, la gloria, el incesto, la locura y la naturaleza umbría de las pasiones. Y hasta por la lectura y la escritura se ha cimentado una y varias ideas cambiantes del cosmos. En cualquier caso, un cosmos emanado del mismo hecho de enunciarlo en un libro sagrado como el Génesis. Hay respuesta en los libros para todo. En estas fiestas, por favor, no te olvides de los libro. ¡Feliz Navidad!.

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