Estos días son de turrón, zambombas y villancicos,
pero tampoco puede faltar un libro. En su época, Platón identificaba la letra
impresa con el olvido. Aunque él será quien traicionando a su maestro Sócrates
fije las palabras en la escritura de los helenos. A partir de ese momento, el
hombre y las letras se multiplicaron misteriosamente hasta nuestros días. Borges
se mostraba orgulloso, no de los libros que había escrito, sino de aquéllos que
había leído o se hizo leer a lo largo de sus días, porque siempre supo que un
hombre es muchos hombres. Por eso, en la creación literaria hay una doble
autoría: la del que lee y la del que escribe. Y diversas cuestiones, la
prolongación del hombre a través de los libros, la posibilidad de la memoria
gracias a la letra impresa y la construcción del mundo como imagen especular
-como un espejo- de la escritura. Pues, no existe una única lectura de Hamlet o
el Quijote. Según la época y el hombre, esas dos obras han servido para
especular sobre el poder, la gloria, el incesto, la locura y la naturaleza
umbría de las pasiones. Y hasta por la lectura y la escritura se ha cimentado
una y varias ideas cambiantes del cosmos. En cualquier caso, un cosmos emanado
del mismo hecho de enunciarlo en un libro sagrado como el Génesis. Hay respuesta
en los libros para todo. En estas fiestas, por favor, no te olvides de los
libro. ¡Feliz Navidad!.
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