El ministro de propaganda del régimen, José Ignacio Wert, ha insultado de nuevo la inteligencia de los españoles con el señuelo de la reforma educativa y el enfrentamiento con Cataluña por la introducción del castellano como lengua vehicular. Una reforma educativa inadecuada, inasumible e innecesaria, cuya pretensión es crear un conflicto donde no lo había. La maniobra es hacer ruido para iniciar una guerra de lenguas o identitaria y así sacar la crisis social del debate diario. Las lenguas son instrumentos de cultura y no de enfrentamiento y desunión, excepto cuando se manipulan o se utilizan ideológicamente. El credo de la derecha consiste en una sola lengua y una sola religión, en vez de diferentes modalidades lingüísticas y religiosas, propio de la diversidad de los españoles. Así que mientras encaramos los cinco millones de parados registrados y privatizan la sanidad a marchas forzadas, a los españoles nos tienen preocupados, enfrentados y sin pegar ojo por la relación entre el catalán y el español, problema ya resuelto en el artículo 3.2 de la Constitución y en sentencias de su Tribunal. Pero el ministro Wert ha conseguido que estemos entretenidos con esta polémica que ocupa, sin excepción y con mucho ruido, todos los medios de comunicación. Lo importante es hacer ruido Un falso y estéril debate con el abucheo de unos y el aplauso de otros, para que nos olvidemos de los grandes problemas de esta crisis que está llegando a proporciones insostenibles y lamentables. Palabras, palabras, palabras… y ninguna solución.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez
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