miércoles, 5 de octubre de 2011

Apoyo a Rubalcaba.

Socialistas y populares celebraron el pasado fin de semana reuniones políticas de alto nivel (conferencias y convenciones) con la intención de empezar a movilizar a sus votantes de cara a los comicios generales del próximo 20-N. Ambos partidos tienen prácticamente ultimados programas y campañas para sus respectivos candidatos. Los dos ex-presidentes, Felipe González y José María Aznar, participarán en la campaña  electoral, no así Zapatero. Hace tiempo que se pusieron a disposición de sus respectivos partidos para apoyar y ayudar a sus candidatos. La preocupación de los partidos en estas elecciones es grande, se juegan mucho. Esta será una campaña distinta por el perfil de los dos principales candidatos y el momento crítico del país ante la actual situación económica. Esta semana, en la conferencia política de los socialistas, Rubalcaba ha explicado algunas de sus reformas. Recupera así la tradición socialdemócrata y, por lo tanto, se sitúa a la izquierda del Gobierno con una defensa a ultranza del Estado del bienestar, una política fiscal progresista, una línea roja a las privatizaciones, la lucha contra el fraude, la defensa del feminismo y la igualdad y la afirmación de las políticas sociales. Recoge, además, aspiraciones de la calle como la transparencia, la rendición de cuentas y el desbloqueo en las listas electorales. Y en el discurso de clausura se rebela ante la adversidad y la derrota que pronostican las encuestas “Yo no me voy a dejar ganar, ni vosotros tampoco”. Y sentencia “No nos van a ganar en ganas de ganar para asumir retos y ambiciones”, proponiendo como plato fuerte de su discurso “un gran pacto sobre el empleo”, convocando a partidos, sindicatos e instituciones “para remar en la misma dirección, porque este grave problema si lo afrontamos juntos, lo resolveremos”. Visto el éxito de la conferencia, el equipo de Rubalcaba piensa que tiene opciones, sobre todo, si los cabreados ex-votantes socialistas reaccionan a la peligrosa omnipresencia del PP en todas las instituciones de poder, después del castigo de las elecciones de mayo. Pero hace falta algo más, escuchar la voz de la calle y explicar de verdad por qué lo que se propone ahora no se hizo antes. Hay que hacer creíbles las nuevas propuestas. Rubalcaba tiene el mérito de haber incorporado al debate electoral temas muy importantes para que sepamos lo que propone en su programa y cómo lo financiará. Pero la actitud esquiva de Rajoy, que no sabemos si sube o si baja, cuando habla de impuestos, déficit o políticas sociales, hace muy difícil que se dé un verdadero proceso de formación de opinión y de deliberación democrática, propio de una campaña electoral. Rajoy y el PP ya han optado por ganar por desfondamiento del adversario, no por méritos propios, pues saben que si surge la polémica pueden perder. El proceso electoral y la profundización de nuestra democracia, no les importa. Aquí lo que importa es ganar y hacerse con el poder. Por eso la cuestión pasa ahora a la calle, a ella le toca decidir.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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