lunes, 3 de octubre de 2011

La influencia del 15-M en el voto.

El fuerte malestar social generado por el fallo masivo de la política ante los mercados se ha encarnado en el movimiento 15-M. Este movimiento entiende que la solución está en reforzar la democracia, pero la democracia real, y participar en ella para mejorarla. Sin embargo, los críticos de este movimiento dicen que los indignados quieren hacer una política apolítica. Las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dicen lo contrario, pues el 27,9% de los madrileños reconocen que se vieron influidos por la actuación de los jóvenes indignados en las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo. En estas encuestas del CIS, realizadas en la Comunidad de Madrid entre los meses de mayo y julio, se recogía una pregunta específica sobre la influencia del 15-M en el voto. El 10% de los encuestados aseguró que le influyó “bastante”, un 8% respondió que “mucho” y un 9,7% reconoció que “un poco”. Además, un 33% se reafirmó, gracias al 15-M, en la intensión de voto al partido que ya tenía pensado, un 14,4% dijo que los indignados le habían animado a votar, a un 8,9% les cambio el sentido del voto y solo un 8% decidió votar, a raíz de las protestas ciudadanas, blanco o nulo. Nadie respondió que había dejado de ir a votar por los jóvenes del 15-M. También las encuestas del CIS cruzaron las respuestas con variables de clase social, el estudio demostró que los obreros cualificados fueron el colectivo al que los indignados cambiaron en mayor medida el voto. En contraposición, las clases altas, medias y obreros no cualificados reafirmaron sus posiciones políticas y votaron tal y como tenían pensado. Según esta misma encuesta no hubo un gran traslado de votos del PP a otros partidos, apenas el 3%, pero sí de los que votaron al PSOE en las elecciones generales del 2008, ya que casi un 30% cambiaron la papeleta el 22 de mayo. Esta es la importancia del movimiento 15-M, aunque algunos no la quieran reconocer. Cómo influirán en las votaciones del 20-N dependerá de que los partidos apuesten por una fiscalidad más justa y defiendan una democracia real y participativa, haciendo que la política esté por encima de los mercados.

María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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