jueves, 8 de marzo de 2012

La discriminación de la mujer trabajadora.

La crisis actual está siendo especialmente dañina para las mujeres. Además, la reforma laboral del nuevo Gobierno constituye un tobogán que acelerará aun más las desigualdades ya existentes. En los principios fundamentales del Tratado de Roma -embrión de lo que hoy conocemos como la Unión Europea- se incorporó hace 55 años la igualdad de salarios entre todos los trabajadores sin distinción de sexo. Pero medio siglo después, la realidad es que las europeas ganan un 15% menos que los europeos por realizar el mismo trabajo. En España el porcentaje de diferencia alcanzaba el 22%, pero con la crisis se ha elevado al 29%. Además, 76 de cada 100 personas que en nuestro país tienen contrato a tiempo parcial son mujeres. Una mujer europea tiene que trabajar 418 días para cobrar lo mismo que un hombre en 365. Legalmente no debería ser posible este abuso, y de hecho en determinados sectores no ocurre, pero en las empresas se emplean determinadas artimañas de falsas categorías profesionales, inferiores a las reales, que propician la reducción salarial. Desde hace pocos años se ha establecido un Día Internacional por la Igualdad Salarial entre Hombres y Mujeres, el 22 de febrero. Ahora con la crisis y sus recortes, la reivindicación no debe ser cosa de un día, sino de todos los días del año, porque la desigualdad salarial se ha hecho crónica y, es una realidad, que escapa de todas las normas, leyes y hasta de la lógica más elemental. Un país no puede progresar cuando la mitad de su población es discriminada, marginada o acosada laboralmente. No más silencios. Renovemos cada día nuestro compromiso de hablar alto y claro sobre la discriminación de la mujer trabajadora, porque la única batalla que se pierde es la que se abandona.

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