lunes, 5 de marzo de 2012

Una campaña incierta.

La campaña electoral de los novenos comicios andaluces, que finaliza el 25 de marzo, comienza esta semana. No se sabe qué pesará más, si los agobiantes tres meses del Gobierno del PP en España con reformas, ajustes y recortes de derechos y servicios a los ciudadanos o los treinta años de luces y sombras del gobierno socialista en Andalucía. Luces en sanidad, educación, dependencia o innovación con avances notables, además de los aciertos en otras áreas como agricultura. Y sombras como la reforma en el sector público o los fallos de cálculo a la hora de propiciar la unión de las cajas de ahorro, que al final se quedó en nada, pero siempre sin engaños ni mentiras. El PP andaluz cuando habla de reformas o cambios se refiere a la demolición de los derechos laborales vigentes y al cambio de las leyes de dependencia, de costas y de interrupción voluntaria del embarazo, entre otras. En el Congreso del PP de Sevilla, se decía que había que pintar de azul Andalucía y conseguir el azulamiento general de España. Una España monocroma y uniforme, además de abrumadora, sería poco democrática. El candidato del PP, Javier Arenas, cuando explica las reformas y el cambio dice “que el cambio es tener el gobierno más reformista y austero de España”. Pero cuidado con tanta austeridad, no vayamos a terminar en la pobreza y la miseria. Y refiriéndose a Rajoy dice “No puedo sino agradecer lo que ha hecho en estos tres meses. Nunca nadie ha hecho más reformas en tan poco tiempo”. Aunque esas reformas sean una auténtica locura y lleven a Andalucía a una situación mayor de paro -con una tasa del 31%-, imposible de soportar por el pueblo andaluz y bastante peligrosa socialmente. Ayer, el candidato del PSOE, José Antonio Griñán, advertía que si los cambios prometidos por el PP para Andalucía eran como los del Gobierno de España “nada va a mejorar, sino que todo va a empeorar, porque ya están en España y el cambio ha sido a peor”. “El cambio es el retroceso, es volver al pasado”, dijo. Y, “si es posible hacer oposición desde la mentira, no es posible escapar de la realidad desde el Gobierno”, añadió. Sin embargo, en esta campaña los ciudadanos no quieren ya más verborrea hueca, ni fraseología idiota ni discursos mentirosos, sino que los políticos dediquen todas sus energías a superar los desafíos que plantea el empobrecimiento general de la economía, la tasa de paro más alta de Europa, la sequia del crédito o del campo y el deterioro del clima social. Porque los indignados, concienciados y desesperados que están en la calle piensan que aunque les hayan robado el trabajo, no les robarán el presente y el futuro.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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