miércoles, 21 de marzo de 2012

La Santa Alianza

El 25 de marzo, el Partido Popular puede poner el broche de oro a la cosecha de victorias electorales de la derecha conservadora en plena crisis económica. En este país desde el establecimiento de la democracia la derecha no había tenido nunca tanto poder. Un poder puesto al servicio de sus aliados naturales, la Patronal y la Iglesia católica, que le facilitan medios y votos. En apenas cien días, como contrapartida el Gobierno del PP ha regalado a la Patronal una reforma laboral que ha convertido el Estatuto de los Trabajadores en el Estatuto de la Patronal, y a la Iglesia unas reformas sociales que desmantelan las bases de un sistema de protección y derechos  construido en torno a los compromisos de nuestra Constitución y que nos sitúan al margen de la ella. No fue ésa, por supuesto, la aspiración de nuestros constituyentes. El listado de derechos damnificados a favor de la Iglesia es bastante amplio: El derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo;  la “conversión” de la asignatura Educación para la Ciudadanía en un catecismo neoliberal; la supresión de los matrimonios de personas del mismo sexo o el de la paridad de la mujer, otro “diabólico” invento de las feministas. Esta Santa Alianza conservadora se está quedando con todo el poder institucional. Esto significa tener las manos libres para llevar a cabo el programa de reformas ya desveladas hasta ahora y otras sin desvelar todavía como la reforma del Estado Autonómico, justificadas por los problemas económico-financieros. Sólo un resultado favorable de la izquierda en Andalucía podría desmontar esa revolución neoconservadora, ese réquiem por las libertades, para convertirse en el foco inicial de la resistencia en la defensa del Estado democrático y social de Derecho reconocido en la Constitución Española. No podemos aceptar, ni admitir que esta Santa Alianza nos convierta de nuevo en vasallos, queremos seguir siendo ciudadanos y ciudadanas.

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