martes, 19 de febrero de 2013

El debate sobre el Estado de la Nación.



Esta semana se desarrollará en el Congreso de los Diputados el aplazado debate -el pasado año no se celebró-  sobre el Estado de la Nación. Esta puede ser la ocasión para que nuestros políticos dejen de sentirse paralizados por la indignación que seguramente les provoca la corrupción y por la preocupación que les debe causar el paro, especialmente el de los jóvenes. Ya es hora de que el Congreso debata sobre el triste estado de la nación… y se haga algo al respecto.
El día fijado para este debate es el próximo miércoles y los diputados deberán votar entonces las resoluciones que se presenten sobre esos dos asuntos. También deberán mostrar, delante de todos los ciudadanos, cual es su grado de compromiso con los parados y su grado de repugnancia con la corrupción. No valdrá anunciar comisiones de análisis o de cualquier otro tipo. El Gobierno no es una empresa de estudios, sino el órgano ejecutivo del sistema parlamentario español. Si para reformar un importante artículo de la Constitución Española solo le hicieron falta 48 horas a PSOE y PP, si quisieran podrían aprobar unas normas anticorrupción y una verdadera ley de transparencia en el mismo o en menos tiempo.
Espero que en esta ocasión, el presidente del Gobierno no utilice sus tácticas de dilación para no dar las explicaciones necesarias sobre el daño que la corrupción está produciendo en la convivencia interior y en la imagen exterior de este país. Se estaría equivocando radicalmente. Y saldría quemado del Congreso, pese a disponer de una apabullante mayoría. Además, sería el responsable de darle el último empujón a una sociedad que está muy cerca de sentirse no solo enojada, deprimida e indignada, sino también muy resentida con este Gobierno.
La Oposición, aunque no tiene los instrumentos parlamentarios necesarios para forzar al Gobierno, si tiene poder para reaccionar con la suficiente unidad y ánimo, y al menos presentar un paquete de medidas anticorrupción que los ciudadanos comprendan y alrededor de las cuales podamos unirnos todos los españoles. Y si esto no sucede en este debate, no hay que rendirse. Habrá que seguir intentándolo sin dejarse enredar en esos debates estériles del  “y tú más” que solo embarullan y nunca resuelven. El tiempo de los reproches mutuos ya ha pasado. Es hora de buscar consensos y no devaluarse mutuamente Gobierno y Oposición. Así que, o bien nos ponemos serios de una vez en este país o este país no tendrá futuro.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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