Una
gran noticia de esta semana, que ha pasado desapercibida en los medios
españoles, ha sido que el Tribunal de la Asociación de Libre Comercio ha dado la
razón a Islandia en su negativa de cubrir las pérdidas de depósitos de clientes
británicos y holandeses en la entidad bancaria “Icesave”, filial del segundo
banco del país. Los tres bancos principales de Islandia fueron
nacionalizados por el Gobierno de centroizquierda tras la quiebra
del sector bancario en Octubre del 2008, aunque crearon depósitos bancarios para los residentes con el montante que
tuvieran antes de la quiebra. Solo los acreedores o los inversores sufrieron las pérdidas bancarias. El Gobierno no
aceptó trasladar ni trasladó estas pérdidas al resto de la población como ha
ocurrido en España. Ahora, el
Tribunal con sede en Luxemburgo ha rechazado la solicitud presentada por la
autoridad supervisora de la Asociación de Libre Comercio, que consideró que
Islandia había violado sus obligaciones de la directiva europea sobre esquemas
de garantía de depósitos porque no garantizó el pago del monto mínimo de
indemnización (20.000 euros en ese momento) a los clientes holandeses y
británicos de la banca Islandesa.
La Comisión Europea (CE)
apoyó el argumento de las Autoridad supervisora, que ha sido ahora rechazado por
el Tribunal de la Asociación Europea de Libre Comercio. Esto supone una
importante victoria para
Islandia en su disputa con Holanda y Reino Unido por las indemnizaciones a
ahorradores de estos países con depósitos en bancos quebrados de Islandia. El
Gobierno británico incluso llegó a utilizar su legislación antiterrorista para
congelar activos islandeses y así presionar al Gobierno a pagar. También a
través de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI),
bloquearon en su momento el pago de plazos de la ayuda internacional a Islandia
a la espera de que se resolviera el "caso Icesave". Y además, obstaculizaron el
progreso de negociación para el ingreso de Islandia en la UE. Pero el
Gobierno islandés no cedió,
aunque si consultó en dos ocasiones al pueblo islandés sobre el pago de las
deudas bancarias de “Icesave” que los ciudadanos rechazaron también dos veces en
referéndum.
Este rechazo de los
ciudadanos a asumir deudas bancarias ha librado a Islandia del destino de
Grecia, Irlanda o España. El Gobierno de Islandia determinó tras su quiebra
bancaria qué deuda era moralmente asumible y debía la sociedad ayudar a pagar y
cuál no. ¿Por qué no lo hizo España? Me pregunto, cómo un pequeño país como
Islandia se ha enfrentado al poder financiero europeo y a dos grandes países
como el Reino Unido y Holanda, y sin embargo, España se ha sometido al mismo
poder financiero asumiendo una deuda que no le corresponde al Estado y que al
final pagará la sociedad española. Deuda que hipoteca nuestro futuro y el de
nuestros hijos. Pero está claro que la diferencia entre Islandia y España está
en que allí hay un gobierno eficaz, ajustado a la realidad económica, con
sentido común y que no traslada a los ciudadanos las deudas de los
bancos.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez
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