sábado, 17 de septiembre de 2011

¿Recortes o impuestos?

Hubo un tiempo en que la derecha y la izquierda estaban separadas por una frontera intransitable. Había dos formas radicalmente opuestas de ser, de pensar y de actuar. Ambas posiciones fueron evolucionando hacia zonas ideológicas más templadas o difusas debido a que la izquierda fue asumiendo el progreso capitalista y la derecha abrió su mente a valores sociales. Esta nueva situación permitió  que el espacio político se repartiera de forma civilizada. Esto ocurrió con la bonanza económica, ahora las cosas han cambiado mucho con la crisis, sobre todo en la forma de enfrentarnos a los problemas reales y en la defensa de los intereses mayoritarios y minotarios. Un indicador de esas diferencias está en cómo debe ingresar y gastar el Estado. Y cómo y dónde se hacen los ajustes o recortes en los casos de incremento de la deuda o de aumento del déficit, sabiendo que la mayoría del gasto público es gasto social. Las recetas del PP, pese a que Mariano Rajoy pretenda esconderlas, se están probando en las comunidades que gobiernan después de las elecciones del 22-M: menos maestros, menos sanidad y medicamentos, menos personal interino, menos ayuda a la dependencia, privatización de servicios públicos y eliminación de los órganos de control. Y, por supuesto, reducir la presión fiscal de las personas físicas y jurídicas con mayores ingresos. Dicen que recaudaran más, bajando impuestos, pero quién se lo cree. Alfredo Pérez Rubalcaba, por el contrario, cree que la fiscalidad es el terreno propicio para que sus propuestas conecten con los postulados tradicionales de la izquierda. Aumentará los tipos de los tributos directos que gravan de manera progresiva la riqueza (rentas del capital, patrimonio, etcétera) y, sobre todo, mejorará la lucha contra el fraude, vía por la que en el último ejercicio se recaudaron 10.000 millones de euros. Su objetivo está claro, lograr un Estado del bienestar robustecido y bien financiado. Lo que resulta evidente, dada la situación de crisis económica y las exigencias europeas, es que gobierne el partido que gobierne, sea el que sea, tendrá que subir los impuestos después de las elecciones del 20-N. Por eso, no debemos creer las mentiras del PP en este periodo preelectoral, aunque digan que con ellos no habrá subida de impuestos ni recortes sociales, porque son medidas contradictorias e imposibles. El debate de estas elecciones entre Rajoy y Rubalcaba debe plantearse en la confrontación de las ideas y en la elección entre recortes o impuestos, pero de verdad y sin mentiras. Porque confrontar y debatir estas medidas es una exigencia democrática. Los ciudadanos deberían conocer quién rechaza obtener ingresos adicionales y, sin embargo, decreta recortes sociales, y quién no. Y, sobre todo, para dejar muy claro al ciudadano, que va a votar, de qué lado está uno y otro candidato.
María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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