domingo, 4 de septiembre de 2011

El superhéroe colectivo.

Tras el paréntesis de la visita papal, en el 15-M ha resurgido la lucha contra la entrega del Gobierno y Oposición al neoliberalismo que está vaciando de sentido la política. El 15-M está evolucionando a una especie de superhéroe colectivo -lo decía Juan José Millas en El País- que aparece allí donde está a punto de perpetrarse una injusticia o un atropello de derechos. En esta situación que vivimos, el pueblo necesitaba un héroe y, como no llegaba, decidió levantarse y salir a pelear contra lo que le preocupaba: las injusticias, el desempleo, las hipotecas, la pérdida de derechos, etc. Esa es la gran diferencia entre los indignados del 15-M y nuestros políticos. Los primeros nos hablan de problemas reales y los segundos de abstracciones como mercados, deudas o déficit en un discurso vacio que nadie cree. Esta semana, Vicens Navarro lo recordaba en la inauguración de la universidad en la calle del 15-M, cuyo lema es formar para transformar. “Sois mas importante de lo que creéis y tenéis más poder del que sois conscientes”, dijo. De hecho, la última muestra del Barómetro Continuo de Confianza Ciudadana revelaba que entre seis y ocho millones de ciudadanos dicen haber participado en el movimiento del 15-M. Y lo hicieron de modo intenso entre 800.000 y un millón y medio de personas. Un 67% de los movilizados se considera de izquierdas y un 20% de centro-izquierda. La voz de la democracia real se está haciendo oír con el movimiento del 15-M. Ante esta realidad: ¿Seguirán los Gobiernos y los Estados prefiriendo ganar la confianza de los mercados a costa de perder la de los ciudadanos? ¿Se transformará ese poder de la palabra y las manos abiertas del 15-M en votos a favor de la democracia y la continuidad del Estado de bienestar? La respuesta, el 20 de Noviembre.
María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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