miércoles, 28 de septiembre de 2011

Zapatero y sus circunstancias.

Existen errores asumibles y otros que no lo son. Los primeros son necesarios, como los impuestos por la Unión Europea a España en la madrugada del 9 de mayo de 2010, debido al excesivo déficit presupuestario español. Los segundos innecesarios, como ha ocurrido con la reforma exprés de la Constitución Española, sin debate público, ni referéndum. Innecesaria también la despedida de Zapatero el lunes, con un frio mensaje institucional y sin hacer balance de su gestión por entender que era el tiempo de los candidatos y de las fuerzas políticas. Pero, cómo ha dejado a la izquierda y, sobre todo, al sistema político español, que cada día anda más escorado hacia la derecha. “Llegó prometiendo cambiar España y, como ocurre casi siempre, el mundo le ha cambiado a él”, decía Josep Ramoneda en su columna del domingo en El País. Espero que la historia le trate bien y le recuerde por la defensa de los derechos ciudadanos y los cambios sociales. Reconozco que deposité mi confianza en Zapatero desde el 2004 cuando dijo que no nos decepcionaría, sin embargo, al final de esta legislatura ha aceptado con excesiva docilidad los postulados del liberalismo más brutal y ha sido incapaz de plantarle cara a la Iglesia española y sus privilegios. Menuda tarea le queda ahora a Rubalcaba, levantar en dos meses el voto socialista. Menos mal que siempre nos queda la esperanza.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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