Desde que comenzó la crisis, los primeros días de cada
año han sido pródigos en impulsos al dialogo social -año nuevo, vida nueva-,
aunque después no se avanza nada en ellos. Y al final solo quedan oportunidades
perdidas. Como siempre la responsabilidad es de los partidos y de sus políticos,
sobre todo si están en el poder. Se olvidan con facilidad que la política es
asumir responsabilidades, sino ya no es política, es otra cosa. Ocurrió con el
acuerdo sobre pensiones de enero de 2011, que no se está cumpliendo. Y ahora
Rajoy anuncia que en tres meses habrá una nueva reforma. Sucedió con el acuerdo
de la Negociación Colectiva (NC), que se firmó a principios del 2012, pero Rajoy
se la cargó unos meses después con su reforma laboral. Este 2013, para no ser
menos, los agentes sociales (UGT y CCOO) y la patronal (CEOE), se han citado
para dialogar la semana después de Reyes. Por este motivo, los sindicatos han
remitido a la Patronal y al Gobierno el documento “Propuestas sindicales para
promover el crecimiento, el empleo y la cohesión social ante la crisis de la
economía española”. Un documento de 19 páginas donde los sindicatos, tras
destacar el aumento de las desigualdades sociales, proponen una serie de medidas
a corto y a medio plazo para reforzar el Estado de bienestar y situar el empleo
en el centro de todas las políticas del Gobierno y de los agentes sociales.
Aunque hay pocas esperanzas de que Rajoy tenga en cuenta esta petición de
dialogo, porque para dialogar hay que saber escuchar. Y que yo sepa, ni Rajoy ni
su Gobierno saben. Se vio perfectamente después del Consejo de Ministros del
viernes pasado, en su discurso sobre el balance anual o en la rueda de prensa
posterior, Rajoy no concretó nada sobre el desempleo y las posibilidades de
diálogo con los agentes sociales. Parece que Rosell, presidente de la patronal,
si tiene más voluntad de diálogo que el Gobierno. Y está dispuesto a contrastar
sus propuestas de crecimiento y empleo con las de los sindicatos. Y buscar
puntos comunes y de entendimientos. Además, hay mensajes que pueden compartir
sin problemas como el llamamiento a potenciar una economía productiva,
fortalecer la exportación, impulsar la inversión en tecnología y ganar en
competitividad. Pero como siempre una cosa son las intenciones y otra, las
concreciones. Sin embargo, la presión conjunta de sindicatos y patronal tendría
un efecto multiplicador en las peticiones que quieren poner en la mesa del
Ejecutivo y que, por una razón u otra, no han sido atendidas hasta ahora. Espero
que este año tengan más suerte.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez
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