El PP sin líder ni candidato en Andalucía se ha enganchado a
los ERE de la jueza Alaya para mantener una presencia pública y tratar de
resolver sus problemas. Y una vez más se está equivocando.
Parece evidente que la derecha pretende utilizar el caso de
los ERE de Andalucía como contrapeso a la investigación del caso Gürtel y de la
financiación ilegal del Partido Popular. Sin embargo, son dos casos distintos y
distantes, y comparar el tamaño de ambos es todo un despropósito, por más que
muchos se empeñen en hacerlo.
No digo que el empeño de la jueza Alaya por descubrir el uso
fraudulento del dinero público destinado a los ERE no sea encomiable, pues si
todo robo es vergonzoso, aún es más repugnante cuando el que se distrae es el
de todos. Y el de los ERE lo es por la condición de los implicados y porque la
parte malversada- según la Cámara de Cuentas de Andalucía unos 153
millones- estaba destinada también a
quienes han sufrido la gran desgracia del desempleo. Sin embargo, alguien
debería actuar cuando en tantas
ocasiones esta juez se involucra en la vida política en beneficio
flagrante de un partido concreto y provocando un daño considerable a personas
concretas, a la sociedad en su conjunto y a la Administración de la Junta de
Andalucía, abriendo sin pruebas una causa general contra ella.
Resulta evidente que a la jueza instructora, Mercedes Alaya,
le gusta su papel y se siente protagonista. Pero los excesos, tarde o temprano,
se pagan. Y se engaña a sí misma si utiliza la fantasía para justificar sus
resoluciones, como está ocurriendo otra vez con la falta de concreción y de
pruebas en el segundo auto emitido la pasada semana contra Magdalena Álvarez,
motivo por el que la Audiencia de Sevilla ya tumbó la primera de las
imputaciones contra la exconsejera.
Sobre todo teniendo en cuenta que el primer informe del interventor
sobre el tema se emite en 2005 y Magdalena Álvarez dejó sus responsabilidades
como consejera en febrero de 2004. Esa falta de conocimiento de lo que ocurría
con los pagos de las ayudas irregulares recibidas por empresas con ERE es el
argumento del nuevo recurso presentado el lunes ante la Audiencia de Sevilla
por los abogados de la exconsejera.
Hasta la Fiscalía Anticorrupción ha vuelto a apremiar a la
jueza instructora de los ERE fraudulentos, Mercedes Alaya, para que avance en
la investigación de los cobros de comisiones de los sindicatos y en las ayudas
irregulares recibidas por empresas, pues no cree que la investigación judicial
esté “ni mucho menos cercana”. Para los fiscales conviene “ir delimitando los
hechos y sus participes” dada la complejidad del sumario y el peligro de
prescripción.
No me puedo creer, como dice los que piensan mal, que la
instrucción se esté alargando con el peligro de prescripción porque el PP de
Andalucía base toda su oposición para desgastar al PSOE en los autos de la
jueza Alaya. Aunque si tengo claro que el PP andaluz es un partido sin rumbo y
sin discurso tras la salida de Andalucía de su líder Javier Arenas, y necesita
de forma constante los autos de la jueza. Al PP le resulta muy difícil lanzar
otros mensajes que no sean los de los ERE porque todas las preguntas que les
plantean van en la misma dirección: ¿quién va a ser su próximo líder y
candidato en Andalucía? Y eso no creo que se lo pueda resolver la jueza Alaya.
Ángel Luis Jiménez Rodríguez
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