Esta semana
se habló mucho de la llegada del portacontenedores más grande del mundo al
puerto de Algeciras y de las cifras oficiales del ente público “Puertos del
Estado” del pasado miércoles con los datos acumulados de los puertos españoles al
30 de septiembre. Según
estas cifras, el puerto de Algeciras ha conseguido ponerse en primer lugar en
las actividades portuarias de los puertos españoles en TEUS, toneladas y
pasajeros. Pero lo más significativo es que logra los mejores márgenes de
rentabilidad de todos los puertos del Estado sin ser el que más factura (Barcelona),
ni estar a la cabeza en endeudamiento e inversiones (Valencia). Hasta ahora el
Puerto de Valencia, gracias a esas inversiones del Estado, había sido líder en el
transporte de contenedores, cuando a principios del 2000 era el tercero.
Las cifras mensuales y anuales de Puertos
del Estado muestran la batalla sin tregua en la que están inmersos desde hace
más de una década los tres grandes puertos españoles: Barcelona, Valencia y
Algeciras. Están obsesionados con captar la atención de las macronavieras y los
grandes operadores portuarios para hacerse un hueco en el tráfico que llega a
Europa de la gran fábrica del mundo, Asía. Y esa lucha se centra sobre todo entre
Valencia y Algeciras, las plazas más cercanas a las principales rutas interoceánicas
y que persiguen el tráfico del transbordo. Aunque según todos los expertos, ese
tipo de tráfico es muy volátil. Cualquier movimiento inadecuado puede desviar
la carga a otro operador. Barcelona lo sabe bien, porque alejada de las grandes
rutas y con mayor competencia, perdió esa batalla hace años. Ahora la
competencia entre Valencia y Algeciras
depende fundamentalmente de una buena conexión ferroviaria para digerir la
carga con mayor agilidad.
Sin embargo, a priori, esa batalla la ha
perdido Algeciras, a pesar de ser el puerto más barato de España, porque
estamos estrangulados por la falta de inversiones en el tramo de red
ferroviaria de Algeciras-Bobadilla. De hecho, las pobres inversiones que viene
realizando el gobierno español en ese tramo ferroviario han sido motivo de una
pregunta parlamentaria del eurodiputado de Izquierda Unidad, Willy Meyer, con solicitud
de respuesta oral para su debate en el seno de la Comisión Europea. Y es que en
los Presupuestos Generales del Estado la cantidad prevista es de solo 50
millones de euros y eso que somos el punto de partida del Corredor Mediterráneo.
Sin embargo, el ministro García-Margallo al que se considera la voz de los
valencianos en el ejecutivo recordó ayer en el acto de presentación del libro “Casa
del Mediterráneo y el ferrocarril Alicante-Murcia. Un recorrido histórico” que
el 22% del total de las inversiones ferroviarias del país para 2014 - unos 1004
millones de euros-, se invertirán en el tramo valenciano del Corredor Mediterráneo.
Por cierto, ¿tenemos los andaluces alguna voz en el Ejecutivo?
Queda claro que el puerto de Algeciras
sin una mayor penetración territorial y una perfecta conexión por ferrocarril con
Madrid, lo tiene difícil para competir con otros puertos del Estado y de
Europa. Y este Gobierno está claro que no apuesta a caballo ganador, sino que trata
de frenar el puerto de Algeciras -no sé por qué-, ninguneándolo a favor de
otros y con unas decisiones clientelares del Ministerio de Fomento en sus políticas
inversoras contraria a los intereses generales de los ciudadanos, y por ende,
del país. Y, por supuesto, de esta comarca del Campo de Gibraltar y de Andalucía.
Así que necesitamos una voz que represente y defienda los intereses de este
Puerto y esta Comarca si queremos tener futuro. Y desgraciadamente esa voz no
es, porque hasta hora no lo ha sido, la de nuestro diputado y alcalde José Ignacio
Landaluce. Habrá que seguir buscando.
Ángel Luis Jiménez Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario