jueves, 4 de noviembre de 2010

El déficit y la confianza.

La economía es muy tozuda. Si tienes que pedir dinero en el exterior, tienes que generar confianza. Y con las medidas tomadas por el Gobierno, desde Mayo,  se han sentado las bases para que esa confianza exista. El déficit existe, porque durante al menos dos decenios el bienestar privado y público de la sociedad española se ha financiado en parte con deuda exterior, ya que el ahorro interno y los recursos fiscales no bastaban para sostener el nivel de gasto en España, sobre todo el generado a partir de la burbuja inmobiliaria expandida en la época de Aznar.
El modelo de endeudamiento fácil está quebrado desde 2007. Ahora los inversores ponen condiciones a la financiación de las emisiones españolas, como imponer un plan de ajuste en las finanzas públicas para que generen confianza, porque las medidas políticas que generan confianza fomentan la recuperación económica y generan empleo. Esto mismo, se lo decía con otras palabras, Elena Salgado, a su interpelante Joan Herrera, de IU-Verdes, el pasado miércoles 20 de octubre: “Cuando el Estado va a pedir dinero a los mercados financieros internacionales para financiar su propia deuda, no tiene más remedio que ganarse su confianza, plegándose a sus exigencias macroeconómicas”. Reclamaba la ministra la absoluta necesidad del pragmatismo más realista para hacer frente a los graves problemas de financiación pública con deuda exterior.
Así, se lo reconocía a nivel internacional la agencia Bloomberg, el pasado 28 de octubre: “La vicepresidenta Elena Salgado, acaba inspirando confianza y logra transmitir la sensación de que es posible confiar en la determinación del Gobierno para reducir el déficit público, ayudando con ello a los inversores a diferenciar a España de países periféricos más débiles. Esta es una ministra que reduce el déficit y supera el sexismo”. En alusión a la primera mujer que cursó la carrera de ingeniería industrial hace cuarenta años.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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