El "embolao" de Griñan.

Me parece que José Griñan, presidente de la Junta, toma sus decisiones políticas con la cabeza muy fría, anticipándose a lo que pueda ocurrir y pensando siempre a largo plazo -como creo que también ocurre con su consejera de la Función Pública, Martínez Aguayo-. Por eso, en un periodo tan complicado como el que estamos viviendo, puede conseguir de Andalucía y los andaluces todo lo mejor para salir de esta crisis. Pero no puedo entender el “embolao” que  le han metido como solución rocambolesca para unificar a todos los funcionarios (los que lo son por haber aprobado unas oposiciones y lo que no lo son por no haberse presentado nunca a ellas) que es el decreto-trampa 5/2010. Y lo que menos me explico es la razón por la que con este decreto se les quiere dar rango funcionarial a los que no pasaron por las oposiciones. También me pregunto: ¿A quién benefician las protestas, desencuentros y divergencias entre el gobierno socialista y algunos sindicatos de funcionarios de la Junta, con mucho poder de convocatoria, por éste asunto? Como siempre a esos pájaros de mal agüero que ante la posibilidad de la manifestación de funcionarios del 22 de enero contra el gobierno de Andalucía, se les hace la boca agua. Lo que quieren es que haya alejamiento, discrepancia y rompimiento entre gobierno y funcionarios, que lo malo se encalle y que lo peor empeore, para que el camino hacia el poder de la derecha quede expedito y el capital establezca sus nuevas reglas. Sin embargo, hay que decir que la Junta ya ha rectificado su planteamiento inicial reformando el contenido del decreto y aceptando tramitarlo como proyecto de ley. Ahora, las distintas organizaciones de empleados públicos deben exponer en el Parlamento andaluz sus puntos de vista y tratar de convencer a los diputados de lo justa que son sus reivindicaciones. Mientras, no deberían hacer "calentita” la campaña  para las elecciones municipales, amenazando con manifestaciones y reventando los actos oficiales de la Junta. Los asuntos que se reivindican son importantes y tienen sus cauces, pero nunca a costa de interferir unas elecciones municipales que es un derecho constitucional, que debe celebrarse en paz y tranquilidad y, sobre todo, en libertad.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez