lunes, 24 de enero de 2011

La convención del PP en Sevilla.

La convención nacional que ha celebrado el PP en Sevilla, este fin de semana, ha creado entre los populares unas expectativas y un entusiasmo que les ha hecho pensar que ya tiene ganadas las próximas elecciones autonómicas andaluzas con Javier Arenas como candidato. Sin embargo, se olvidan de la existencia de una memoria histórica colectiva entre los ciudadanos andaluces que no les permite votar a un partido donde parte de sus militantes y dirigentes defienden el franquismo y sus símbolos, que además, son ilegales según la Ley de Reparación. Tampoco olvidan la actitud prepotente de sus dirigentes nacionales al hacer declaraciones sobre nuestra tierra, nuestro modo de hablar, la educación de nuestros niños, los subsidios -como si éstos no existieran nada más que en Andalucía- o los programas de asistencia social,  reparadores para una región que fue duramente castigada en lo económico y en lo social por el régimen anterior. Esta nueva cara del PP en Sevilla, presentándose como el partido de los trabajadores, de los pensionistas, de los funcionarios -aunque dicen, como el inglés Cameron, que sobran 500.000- y de los jóvenes, es una mentira más que al final se descubrirá, por qué cuales son las propuestas resultado de la convención, -excepto la demagógica en la revisión de los complementos de pensiones de 1066 euros mensuales para los políticos que han sido diputados y que afecta solo a 70 de los 3609 habidos en todas las legislaturas- o las políticas de conceso para solucionar los graves problemas de Andalucía y España. Y sin comentar, no vale la pena, las acusaciones de Mayor Oreja al PSOE de estar abrazado “a la cultura de la muerte”.  Se puede engañar a pocos mucho tiempo, a muchos poco tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.
María José Jiménez Izquierdo

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