lunes, 16 de enero de 2012

La última víctima del franquismo.

Ante las polémicas que se plantean muchas veces entre historiadores y comisiones por la recuperación de la memoria histórica sobre hechos de nuestra guerra civil y los convulsos años posteriores, siempre termino pensando que no es lo mismo la Historia que la memoria histórica. Sin embargo, las diferencias entre ambos conceptos no deben crear tensión y menos confrontación cuando todavía existen fosas comunes selladas por culpa de los que niegan la Historia y la memoria histórica. La Historia investiga, contrasta y confirma como trabajo científico y objetivo unos hechos. La memoria histórica es subjetiva y personal. Se fundamenta en testimonios orales o historias sobre hechos que no han podido ser todavía verificados. Ambas son necesarias para conseguir que la sociedad española, todavía traumatizada, asuma la memoria de las víctimas del franquismo y sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación. Verdad, justicia y reparación que son pilares de cualquier Estado de derecho y que no han tenido las victimas del franquismo y sus familiares pese a la Ley 24/06 de la Memoria Histórica. El único intento de dar tutela judicial efectiva -artículo 24 de la Constitución- y la necesaria satisfacción a sus intereses como víctimas ha sido el del Juez Baltasar Garzón mediante diligencias previas y un auto de 16/10/2008 del Juzgado Central nº 5 de la Audiencia Nacional. Pero cruel paradoja, el que se sentará el día 24 en el banquillo de los acusados de la sala de lo penal del Tribunal Supremo será el juez Garzón como el último acusado y víctima del franquismo. Estos días en los medios de comunicación conocidos intelectuales y comentaristas dicen que no se puede ni se debe presionar o criticar a la Justicia para que esta pueda actuar con total independencia. Pero, eso quién se lo cree. A veces este país me da asco.
María José y Ángel Luis Jiménez.

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