lunes, 30 de enero de 2012

El paternalismo conservador y machista del PP

Muchas veces, la falta de información crea entre la ciudadanía gran confusión. Esta se agrava si hablamos de garantizar el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo a las mujeres de 16 y 17 años. La ley de salud sexual y reproductiva indica que corresponde a la menor consentir la interrupción voluntaria del embarazo, pero también dice que se informará al padre o a la madre de esta decisión a no ser que la menor alegue fundadamente que esto le provocará un conflicto grave, manifestado en el peligro cierto de violencia intrafamiliar, amenazas, coacciones, malos tratos, o se produzca una situación de desarraigo o desamparo. Sectores religiosos y conservadores nos confunden aún más y quieren hacer triunfar su sinrazón, en este como en otros ámbitos de la vida, presentando sin datos, comprobaciones y rigor, aseveraciones como que con la nueva ley del aborto han crecido las interrupciones en adolescentes. Sin embargo, estos son los datos: Sólo el 3% de las mujeres que abortaron entre la entrada en vigor de la ley (en julio de 2010) y octubre de 2011 tenían 16 o 17 años, según el informe de ACAI (Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo) en cuyos centros se realizaron alrededor del 95% de los abortos. Según los datos del Ministerio de Sanidad, las cifras eran similares con la anterior ley. El 87% de las jóvenes (un total de 1035) que decidieron abortar en este periodo no solo informaron a sus padres o tutores legales, sino que acudieron a las clínicas acompañadas por alguno de ellos. Solo 151 jóvenes (que representan el 0,4% de los abortos) no pudieron informar a sus padres de su decisión. Según los profesionales que coordinaron el informe de ACAI, la ausencia de información no se debió en ningún caso a un acto de rebeldía, los motivos registrados fueron bien distintos: jóvenes cuyas madres se desentendieron del problema, menores viviendo en centros de tutela, niñas maltratadas por sus progenitores o inmigrantes viviendo solas. Esta es la realidad. Ahora, en pago a esos sectores reaccionarios y aprovechando la falta de información, el Gobierno del PP quiere modificar la ley según dicen para proteger “al concebido” y a “las menores”.  Sin embargo, la reforma sólo será el reflejo de ese paternalismo, conservador y machista, de quienes ven a las mujeres como esa masa pueril e incapaz necesitada de guía. Me imagino que cuando los populares cambien la ley, también cambiaran su nombre y, como decía Miguel Lorente, director del Instituto de Medicina Legal de Granada, en lugar de “interrupción voluntaria del embarazo” pondrán “interrupción tutelada del embarazo”. ¡¡¡Qué país!!!      

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