martes, 3 de enero de 2012

Luis de Guindos, el hombre del pesimismo vital.

No sé si Luis de Guindos, nuevo ministro de Economía, es el hombre del pesimismo vital, como dicen algunos periodistas, o es un optimista en el fondo. Hoy ha sido entrevistado por la Cadena Ser para que explicara el recorte histórico de 8.900 millones de euros del Gobierno. Y sigo sin salir de dudas, porque no sé si va o viene, ya que dijo “No hay que llorar por la leche derramada” (¿?) y “No conozco con exactitud el origen del incremento del 6% al 8% del déficit previsto para el 2011”. ¿Quién se lo cree? ¿Ha mirado el ministro las cuentas de las Comunidades que gobiernan? Además, señaló que “en Europa se está notando la crisis con mayor intensidad que en España”, insinuando una posible subida del IVA por ser el más bajo de Europa, pero eso si como resultado de un acuerdo comunitario en la reunión del Ecofin de la próxima semana. Parece que se le olvidó que su compañero de Hacienda, Montoro, dijo el viernes “hay que descartar tocar el IVA por ser dañino para la economía”. No entiendo nada. Para finalizar recordó que todavía nos queda una agenda reformista muy agresiva sobre todo en el mercado laboral”. Vamos que estamos “en el inicio del inicio” como dijo la vicepresidenta. Mientras tanto Rajoy sigue en silencio, está trabajando. No sabemos para qué o para quién. No molestar. Pero yo sigo teniendo las mismas dudas que cuando nombró como ministro a Luis de Guindos, pues después de la entrevista en la radio siguen sin ser resueltas, por lo que me permito escribirlas por si acaso alguien pudiera aclararlas. Cómo es posible que le hayan dado la mayor responsabilidad económica del Estado al que fuera miembro del ejecutivo del banco de inversiones norteamericano Lehman Brothers. Si entonces, que era además de miembro de la ejecutiva presidente de la división del banco para España y Portugal, no fue capaz de de predecir la ruina de su empresa y la crisis que originaban, qué nos espera a los españoles. Tiene alguna credibilidad para ese cargo después de ser uno de los causantes de desencadenar esta crisis mundial. La economía nacional -y también la europea con Italia, Grecia y el BCE- ha entrado en una absurda espiral de dar el poder macroeconómico a aquellos economistas que crearon la llamada ingeniería financiera. Aquellos que se alejaron de la economía productiva, la de crear bienes y ofrecer servicios, y apostaron por una red de productos financieros que nadie sabía cómo funcionaban, ni sabrá, porque no se entienden. Estos son ahora los apóstoles de la austeridad y vienen directamente del corazón de ese sistema financiero que de tanto doparse acabó estallando. Pero está claro, el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y así nos va.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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