Como se ha visto en el Foro Económico Mundial de Davos, la comunidad internacional parece estar dispuesta a echar una mano a Europa. Pero siempre que Europa, en vez de seguir enfrentada y desunida, se ayude a sí misma. Y dicen que la ayuda más importante que se puede dar es tomar una decisión rápida y drástica que facilite el crecimiento de su economía. Este 2012 será, sin remedio, el año critico para ello. Pero Alemania tiene que olvidarse de fundamentalismos y austeridad, porque si no hay crecimiento, estas medidas son inútiles para luchar contra el déficit. El nuevo mantra, repetido por los gurús de la economía mundial en Davos, era “sin crecimiento caerá el euro, caerá Europa y caerá la economía global”. También decían que no hemos aprendido nada de la Depresión de los años treinta, a pesar de lo que se ha estudiado y escrito sobre ella, y más sabiendo que todas las crisis económicas son iguales o parecidas desde hace siglos. Qué poco aprendemos los humanos de las lecciones de la Historia, tropezamos una y otra vez con la misma piedra.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez
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