miércoles, 1 de febrero de 2012

Más cifras y estadísticas sobre el paro.

Con la publicación de las últimas cifras y estadísticas del paro, mi capacidad de asombro se agota, sobre todo cuando analistas agoreros anuncian que se puede llegar a seis millones de parados a finales de este año o en el primer trimestre del 2013. Se está destruyendo empleo a una velocidad pasmosa sin pensar que es un drama social insoportable. Este drama exige un debate urgente, no sólo sobre las recetas que se aplican desde el estallido de la crisis, sino también sobre el modelo productivo que han impulsado los sucesivos gobiernos socialistas y conservadores. En esta crisis, el llamado milagro económico español ha resultado ser humo, y la “fabrica europea de empleo” se ha desmoronado de un soplo. La economía española no crea empleo, ni permanente, ni decente. Esa es la realidad. Ante esta situación, el PP argumenta que los últimos datos del desempleo corresponden a la etapa del Gobierno socialista. Pero, las primeras medidas de Rajoy, y las que se anuncian, van en la misma dirección: tranquilizar a los mercados y a los grandes poderes financieros. Se aplican dócilmente  recetas de austeridad y reformas laborales, dictadas desde Bruselas y Berlín, que no hacen más que estrangular la economía española y disparar el paro hasta límites insoportables, y sembrar de miedo e incertidumbre el futuro de los ciudadanos.  Pero, no será que mediante la instalación de la “economía del miedo”, el Gobierno del PP pretende tener una masa laboral dócil y asustada. No veo ninguna reacción del Gobierno, no hay convocatoria de un gabinete de crisis, ni llamamiento a los partidos de la oposición y a los agentes sociales para hacer un pacto como el de la Moncloa donde lo prioritario fuera cortar la destrucción del empleo y no la reforma laboral y la austeridad. Ya está bien de discursos vacios y retóricos sobre “el drama del paro”, “la tragedia del desempleo” o “la situación insostenible e inaceptable”. Después no se hace nada o se aplican recetas inútiles, injustas e indecentes que tampoco resuelven nada. Así que hay que reaccionar ya. Y como se decía estos días en una pancarta: PARADOS PERO NO QUIETOS. HAY QUE DESPERTAR.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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