sábado, 9 de junio de 2012

El código ético.

Hace unas semanas se eligió a la Reina de la Feria Real de Algeciras 2012 y a su corte de damas de honor, en una gala celebrada en una discoteca de nuestra localidad y a la que asistieron varios miembros del equipo de Gobierno municipal. La elección de la Reina se realizó tras un pase ante el Jurado al que siguió una entrevista personal y, como novedad para este año, un baile por sevillanas. No voy a comentar esta exhibición machista. Que las mujeres decidan libremente lo que quieran hacer. Sin embargo, eso no fue todo, aún había más. Al Ayuntamiento, como si no tuviera problemas que resolver, facturas que pagar y vecinos a los que atender, se le ha ocurrido para la feria de este año hacer algo muy de moda en el mundo empresarial: un código ético. ¿Para qué? No lo sé. ¿Quizás perpetuar los estereotipos de género? Pero si estamos en el siglo XXI, qué barbaridad. Este código “ético” establece el comportamiento de la reina y sus damas durante la feria de Junio. En él se especifica, según dicta la norma, cómo deben relacionarse y vestirse la reina y las damas de honor. Nada de pantalones cortos, nada de zapatillas deportivas y sobre todo, saber guardar las formas y la compostura en todo momento. Eso sí, deben mostrarse guapas, más que guapas, guapísimas. Y deben saber bailar sevillanas condición “sine quanon” para ser reina o dama. Ah, y por supuesto, lucir un paso garboso en el desfile de la coronación. El no va más. ¡Viva España y olé! Esto para el Partido Popular parece ser la esencia de la mujer, y la verdad, lo intuía pero nunca creí verlo por escrito. No sé si estoy en un bucle temporal o volviendo directamente al pasado, al régimen anterior, con aquellas normas anticuadas de la sección femenina. Al código ético algecireño sólo le falta la visión del ministro Gallardón sobre la mujer-mujer, buena mujer y mejor madre, pero no se preocupen que todo se andará, y en la primera revisión que se haga de la norma se incluirá. Es obvio que queda todavía mucha tarea para transformar la sociedad a partir de la transformación del sitio de la mujer en ella. Pero, ahora, se entiende mucho mejor el eslogan feminista “lo personal es político”, pues vemos la importancia radical que la experiencia personal de las mujeres desempeña como recurso para construir su futuro en libertad y remover todos los códigos, como este, que la dificulten.

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