lunes, 18 de junio de 2012

Salvad Valdevaqueros, porque España…

El alcalde de Tarifa, trasplantado de tantos partidos creo que para este expolio, nos sigue vendiendo “un desarrollo blando y un urbanismo moderno y actual” para Valdevaqueros. Vamos como lo que se ha hecho antes en Zahara, Los caños de la Meca, el Palmar, etc., un urbanismo vasto, cateto y corrompido. Así que la desconfianza va aumentando cada vez que abre la boca y más sabiendo que ese proyecto es el producto de uno más de esos sospechosos tándem de políticos y constructores que se hacen para explotar el valor añadido que la virginidad confiere a las construcciones enclavadas en espacios naturales. Ahora es el ministro de Medio Ambiente, el señorito jerezano Arias Cañete, quien crea más incertidumbre, sobre todo cuando apunta “espero que el plan de urbanismo sea de baja densidad y de cierta estética, pero es solo mi opinión y espero que sea así”. Y continúa “de todas formas este plan está muy lejos de la costa”. Por si no lo sabe el ministro, le recordaremos que está justo al otro lado de la carretera y entre dos parques naturales: el del Estrecho y el de Los Alcornocales. El mayor peligro para Valdevaqueros viene de ministros como éste, que pretende darnos el verano con la reforma de la Ley de Costas, que será estudiada en un Consejo de Ministros del mes de Julio. Dice que no busca beneficiar los proyectos polémicos, que solo prolongará las concesiones a las edificaciones en las playas, ilegales o no. España es un país en el que se puede construir un terreno no urbanizable de naturaleza protegida, declarar ilegal dicha edificación mediante sentencia judicial, y llegar después un ministro, preocupado por los propietarios que han edificado, y declararlo todo perfectamente legal. Increíble pero cierto. Estos comportamientos criminales son los que nos han llevado al rescate no solo de la banca mafiosa, sino posiblemente del país entero, y además sin responsables. Hoy lo dice The Economist y la prensa inglesa en general, “Los bonistas de Londres -los que compran los bonos de la deuda soberana- ya han tomado una decisión. Vamos inevitablemente a partir del lunes a la intervención total del Estado”. Y después se extrañan que nos indignemos los españoles. Este Gobierno no entiende nada. Cada día está más torpe. Y todavía Rajoy espera a Alemania, cuando está claro que no le conmueve este escenario, ni ningún otro que no sea el de sus intereses. El mensaje darwinista de Berlín es que hay que dejar que los mercados hagan el trabajo de limpieza en el ámbito nacional y expulsen del euro a los más débiles o incapaces. Su egoísmo y torpeza es total, no han aprendido nada de la historia. Pero qué remedio, siempre nos quedará la esperanza. Y aunque este Gobierno tenga voluntad para salvar la banca, pero no al Estado, espero salve Valdevaqueros, porque habrá oído o leído lo que decía el poeta alemán Hölderlin “donde está el peligro, allí nace también lo que salva de ese peligro”.  
María José y Ángel Luis Jiménez

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