viernes, 8 de junio de 2012

Las contradicciones de un mal Gobierno.

Las contradicciones del Gobierno de Rajoy son increíbles y su miopía fiscal aún más. El martes publicaron en el BOE las normas que desarrollan el decreto de amnistía fiscal por el que se permite a los evasores de capitales regularizar esos activos ocultos en el extranjero y sus beneficios, mediante un gravamen del 8%, si las empresas traen el dinero evadido antes del 31 de diciembre del 2012. Un día antes se informó oficialmente que, según las estadísticas de la balanza de pagos, España ha sufrido en el mes de marzo la mayor salida de dinero de la historia. Los inversores y ahorradores españoles y extranjeros sacaron de nuestro país 66.200 millones de euros. Sumados a los casi 31.000 millones que habían salido entre enero y febrero, en el conjunto del primer trimestre de 2012 se exiliaron 97.090,00 millones de euros –es decir, 12.350 euros por segundo- un volumen sin precedentes en ninguna época anterior. Y que continúa en Abril y Mayo, según los datos del Banco de España. Quién lo entiende. Y más si contrastamos este dato con el registrado en el primer trimestre del año anterior, cuyo saldo fue muy diferente, puesto que no salieron, sino que entraron casi 21.000 millones de euros. Eso sí, había otro Gobierno que no tenía la confianza y la credibilidad de los mercados que tiene ahora, según el PP, el Gobierno de Rajoy. Así nos va. Pero las contradicciones no terminan ahí, porque si miramos las medidas de este Gobierno sobre el sistema público de salud y los pagos que tendremos que realizar los ciudadanos por los medicamentos -incluidos pensionistas- para cumplir los objetivos del déficit, no entendemos las ayudas públicas multimillonarias que se están facilitando al sistema financiero y las indemnizaciones millonarias a quienes gestionaron irresponsablemente bancos y cajas mientras se concedían retribuciones fuera de todo sentido y lógica. ¿Es esto justo?. Este Gobierno aprueba todos los días con su mayoría absoluta una cantidad de medidas contradictorias, descontroladas y sin justificación. Y claro, así nos va. Podría seguir con muchas otras, aunque no sé cómo no se indigna la ciudadanía, que no tendrá más remedio que rebelarse contra este mal Gobierno. Empiezo a estar cansada de tanta mentira oficial.
Ángel Luis y María José Jiménez

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