viernes, 1 de junio de 2012

Los intelectuales y el 15-M.

Algunos intelectuales consagrados siguen criticando en sus escritos al 15-M por no tener líderes, sin embargo, esa es su gran virtud porque tienen una manera diferente de organizarse políticamente. El 15-M es un movimiento social que escucha lo que dice la calle y hace lo que impone la realidad, aunque no se parezca a la teoría de los intelectuales. Les recuerdo en broma a esos intelectuales críticos que Noé, el de la barca, no tenía brújula y se salvó dejándose llevar por el viento. Aquí lo que hace falta es gente joven o no tan joven, preparada, brillante, honrada y no contaminada por las malas artes de gran parte de la clase política, dispuesta a restituir la ilusión con la que nació nuestro sistema democrático en la Transición. Decía Elvira Lindo ayer en El País que hubo un tiempo, no tan lejano, en que creíamos en esto. Por eso, la recuperación de la ilusión por la democracia viene de la mano del 15-M, que hoy reclama la igualdad frente a la libertad, porque uno de los grandes problemas de nuestro sistema es que no soporta las diferencias, a los diferentes y la igualdad. De ahí la fuerza de la solidaridad, el compañerismo y la camaradería del 15-M, el respeto y el buen rollo como actitud sin distinción por sexo, raza, edad o clase. Debido a esa relación entre iguales, las redes sociales tienen gran relevancia para el movimiento por su horizontalidad. El 15-M es el rayo que no cesa, como decía el poeta. Y no desaparecerá mientras haya que luchar por lo básico en este país.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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