lunes, 11 de julio de 2011

Nada está escrito: Hay partido.

En la prensa de ayer domingo, hubo dos frases que se me han quedado en la memoria. Una del candidato oficial del PSOE para las próximas elecciones generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, “Voy a darlo todo, nada está escrito”. La otra del editorial de El País, “Hay partido, lo que hace falta saber es cuando se jugará”. Para la derecha es un candidato que no tiene nada que hacer y no tiene futuro porque es un político del pasado. Sin embargo, este fin de semana ha conseguido ser portada de todos los medios de comunicación, su discurso del sábado ha sonado distinto, original y diferente. Hoy lunes sigue siendo motivo de comentario y análisis en tertulias y  editoriales, pero lo más importante es que para bueno o para malo está en boca de la gente. Todos los medios destacan que Rubalcaba es un candidato potente y que con su intervención del fin de semana ha logrado situarse a sí mismo y a su partido, donde él quería estar, en el terreno de juego. Y es que dice o piensa, que no está para minimizar la derrota que auguran las encuestas. Que si hay que rectificar o cambiar, se hace pero no abomina de lo hecho, obligado por las instituciones de la Unión Europea. Que  si hay que corregir se corrige lo que no funcionó. En definitiva, Rubalcaba es un candidato creíble y a tener en cuenta. Y eso es muy necesario si el candidato y su partido quieren recuperar posiciones y salir del desaliento que muestran las encuestas y la desmovilización de sus militantes y simpatizantes después del 22 de mayo. Así que, ya Rubalcaba tiene que emplear su tiempo recorriendo el territorio nacional para sacar de su letargo al partido con un discurso que señala los enemigos a batir: la crisis, los mercados y las injusticias sociales. Enemigos a los que hay que combatir con todas las energías como recoge su programa electoral del que adelantó algunas cosas el sábado, cambios laborales y económicos (destinar parte de los beneficios de los bancos a crear empleo y recuperar el impuesto de patrimonio), defensa de la sanidad pública y gratuita (rechazo total al copago), reforma del sistema electoral (partiendo del modelo alemán), y medidas contra la corrupción (mediante el control estatal de los planes urbanísticos). Estas y otras medidas de fuerte contenido socialdemócrata o regeneracionista eran parte del proyecto de país de Rubalcaba, su discurso de Estado a la nación española. Ahora le toca al candidato Rajoy hacer lo propio, si queremos que la próxima campaña electoral contribuya a fortalecer la necesaria pedagogía democrática de nuestro país.
María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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