jueves, 28 de julio de 2011

Pensamiento frente a barbarie.

La agresividad de los individuos violentos no surge porque algunas ideas les parezcan malas sino porque no las entienden -ya sea el marxismo, el multiculturalismo o el socialismo-, temen pensar por sí mismos, -en vez de lo que le dicte su religión, su partido o su líder- y a ello, añaden el miedo y los prejuicios al pensamiento desconocido. Esa mezcla con la dosis justa de locura y afán de protagonismo termina en una matanza sin más criterio que la paranoia y la barbarie. Los partidos de extrema derecha con sus derivas filosóficas sobre racismo, cristianismo e islamismo y sus correspondientes fobias contra el extranjero, el inmigrante, el diferente, el otro, alientan sin escrúpulos esos miedos ciudadanos con las nefastas consecuencias de todos conocidas. Y es que no paran de gritar “Hay que echarlos a todos y que Europa se rija por principios cristianos inamovibles”. Lo peligroso es que ya no es un discurso de minorías, radicales o extremistas, sino de grandes partidos y de líderes importantes europeos que no es necesario señalar. No olvidemos los discursos xenófobos y contra el multiculturalismo que se han hecho en Cataluña en la pasada campaña de autonómicas y municipales del mes de mayo. La primera consecuencia y la primera medida de esta claudicación al miedo que genera el otro, acompañada por el pensamiento único y dogmatico, ha sido la de impedir que la gente piense por sí mismo y la suspensión del tratado de Schengen, con el anuncio de algunos gobiernos europeos del restablecimiento de controles fronterizos a ciudadanos de otros países miembros. Ante esta situación, ¿qué debemos hacer? Carlos París,  filósofo, escritor y presidente del Ateneo de Madrid nos da una respuesta “Pensar y pensar frente al dogma y la barbarie para alumbrar un pensamiento que guie la acción imprescindible para salir del abismo en que nos encontramos”.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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