"Me
llamo Sanchis, sin acento, porque viene de Sánchez". Esto es lo único que
el extesorero del PP ha dicho a los periodistas tras su declaración de ayer
como imputado ante el juez Pablo Ruz para aclarar si ayudó a Luis Bárcenas a
mover el dinero que tenía oculto en entidades suizas. Sin embargo, el juez Ruz
sostiene en el auto donde se le imputó que Sanchis contactó con los bancos
suizos en los que Bárcenas llegó a ocultar 38 millones de euros para transferir
y blanquear seis millones por indicación suya a la cuenta de Brixco S.A. en el
HSBC Bank USA en Estados Unidos.
Las
relaciones entre los tesoreros del PP son largas y sus negocios, extensos.
Ángel Sanchis, Rosendo Naseiro y Luis Bárcenas son los tres hombres que han
coincidido y se han dado relevo en el núcleo de las finanzas de Alianza Popular
y el Partido Popular desde 1981 hasta 2009. Los tres han sido fontaneros
contables, y los tres se han visto salpicados por casos de corrupción. Los tres
correligionarios han seguido teniendo negocios juntos y los tres han sido
protagonistas de otro sonado caso, el
caso Naseiro, que estalló al poco de acceder José María Aznar a la
presidencia del PP.
En
1990, igual que ahora, se desveló que Sanchis y Naseiro, entonces tesorero del
PP, idearon una trama de financiación ilegal por la que fueron imputados. Sin
embargo, las conversaciones telefónicas que lo destaparon fueron anuladas por
el Supremo porque fueron grabadas en el curso de una investigación por
narcotráfico entorno a Rafael Palop, hermano de Salvador Palop, concejal del PP
en Valencia e implicado en la trama. Pues bien, Bárcenas también salió en esas
conversaciones de forma colateral. Y también se daba a entender una cierta
complicidad de Manuel Fraga, fundador de AP y
expresidente fundador del PP, y del entonces máximo dirigente del partido, José
María Aznar. Pero todo quedó enterrado.
Eso sí, Sanchis y Naseiro dejaron la primera línea política y Bárcenas
siguió. Mariano Rajoy ocupó la dirección del PP, pero como ahora, sin horizonte
ni proyecto. Y hubo una investigación interna, que absolvió a Fraga y Aznar, cuyo
autor fue el entonces portavoz del PP en la Asamblea de Madrid y en el Senado, Alberto
Ruiz-Gallardón. Parece que el PP a lo largo de su corta historia no gana para
disgustos con sus corruptos tesoreros, que han resultado marrulleros,
mentirosos, enredadores, liantes y de los que tiran la piedra y esconden la
mano. En este país saber la verdad, es o debería ser casi un derecho
constitucional.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez
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