domingo, 13 de octubre de 2013

Un Gobierno de mentirosos.

Solo me faltaba por ver que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, el miembro del Gobierno con mayor aceptación por su sinceridad, también termine siendo una mentirosa.

Ocurrió ayer viernes, después del Consejo de Ministros, al ofrecer información sobre la lucha contra el fraude fiscal y laboral. Y esa información no se ajustaba en absoluto a la realidad y la verdad. La vicepresidenta aseguró que entre enero de 2012 y junio de este año, el tiempo que lleva el PP en el Gobierno, se habían descubierto a 520.000 personas que cobraban de manera fraudulenta el seguro de desempleo, lo cual había permitido ahorrar 3.160 millones. Estas mentirosas declaraciones insultaban a uno de cada cinco de los parados de este país con derecho a prestación.

Durante los trece minutos que duró su intervención inicial, insultó, no sé por qué, y de forma reiterada a ese supuesto medio millón de parados defraudadores. La cifra es una barbaridad en relación con el número de ciudadanos que cobran la prestación (2,9 millones de parados). Y por supuesto no se ajusta a ningún dato que pudiera ser cierto, pues las cifras aportadas por la vicepresidenta supondrían que casi un 20% de las personas que cobran la prestación por desempleo defraudan. Qué frivolidad e insensatez de la vicepresidenta, que además se negó a explicar el origen de las cifras aportadas.

Posteriormente, el Ministerio de Empleo aclaró que estas cifras, cuyo detalle siguen sin explicar, corresponden -en una enorme mayoría- a casos de personas a las que se les ha retirado la prestación durante un mes por problemas administrativos, como por ejemplo no acudir a una cita prevista o carecer de alguna documentación, y que después se han subsanado quedando resuelta la suspensión. Según los datos de los servicios de Inspección de Trabajo y Seguridad Social, la cifra real de personas que hasta el mes de agosto han cobrado de manera fraudulenta el desempleo por haberlo compatibilizado con un trabajo no declarado fue de 5.833. Esta es la realidad que todos  debemos conocer para descubrir las mentiras de la vicepresidenta.

Qué obsesión tiene este Gobierno por el recorte, sobre todo en el gasto por la prestación por desempleo. Por eso si hay que mentir, se miente de forma descarada, y sin importar el daño que se hace. El problema es que la mentira tiene las patas muy cortas y al final resplandece la verdad. A la vista de los datos publicados entiendo que lo que procede ahora es que la vicepresidenta pida perdón al más de medio millón de parados a los que ha insultado con mentiras. Y que explicara en una comparecencia posterior, parlamentaria o de prensa, las razones para acusar de fraude al 20% de los desempleados de este país. Si no pide escusas y/o se explica, la vicepresidenta quedará como una mentirosa. Una más de un Gobierno de mentirosos.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

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