jueves, 21 de abril de 2011

La moderación salarial de los ejecutivos.

La Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible (LES), que ha entrado en vigor este mes de abril, dispone que las empresas que cotizan en Bolsa están obligadas a informar al Banco de España de las remuneraciones de sus consejeros y altos ejecutivos. Además, estas remuneraciones deben ser sometidas previamente a votación, como punto separado, en su junta de accionistas. Hasta ahora, estos ejecutivos escamoteaban esta información incluso a los accionistas de sus empresas, camuflando sus remuneraciones en otras partidas globales de manera que no se sabía con exactitud el montante de sus sueldos. Pero si se conocía, a través de los datos comparados de sus informes anuales de resultados, que las remuneraciones de sus directivos se habían disparado en el año 2010, pese a las ayudas estatales y a los estragos que la crisis sigue causando en el desempleo. No podemos olvidar que este ha sido el año de los recortes de pensiones y salarios públicos y que el desfase retributivo entre cúpulas directivas y empleados ha ido a más en los últimos años. En el año 2007, cuando no había crisis, el salario de un ejecutivo multiplicaba por 12 el de un empleado, en el año 2010 la brecha se abre hasta 20. Y si lo comparamos con el sueldo medio del país -21.883 euros bruto al año según el último dato del INE de 2008-, un ejecutivo gana 36 veces más. Las mayores diferencias salariales se dan entre las dos empresas con mayores beneficios del país, Telefónica y Santander. Veamos los datos, en Telefónica, el salario del directivo es de 2.440.167 €,  y el del empleado 31.254 €, por lo que un directivo gana 78 veces más que un empleado. En el Santander, el salario del directivo es de 3.187.619 €, y el del empleado 53.956 €, la diferencia es de 59 veces más. A nadie le extraña que en las empresas los directivos ganen más que los empleados, es normal. Lo que resulta anormal, así como indignante, es que la diferencia entre los salarios medios de unos y de otros no sólo sea disparatada sino que siga creciendo pese a la crisis. Y no tiene justificación alguna que empresas como Telefónica y otras del Ibex 35 digan que van a recortar plantilla y al mismo tiempo los ejecutivos sigan incrementando sus sueldos. No se trata únicamente de una cuestión ética o estética. La gigantesca desproporción entre los sueldos medios es injusta en sí misma, pero el concepto en que se basa es además erróneo, porque responde a la misma filosofía que originó la crisis financiera y que en buena parte obedece al sistema de incentivos ligados al logro de beneficios a corto plazo. Y esa es la salsa donde se cuece la economía especulativa. Ahora, la Ley de Economía Sostenible introduce algún control y supervisión en las remuneraciones de los ejecutivos, pero no son suficientes, hace falta más austeridad y regulación y, sobre todo, saber si el Banco de España pedirá a los directivos del Ibex 35 parecida moderación salarial y con el mismo ahínco que a los trabajadores. Otra solución para este problema sería establecer para toda España un criterio parecido al que indica la reformada Ley de Cajas Andaluza, reducir la retribución de sus directivos a lo que percibe el presidente de la Comunidad como sueldo. 
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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